Foto: Archivo/Raúl Tinoco

Con 28 monumentos históricos desaparecidos y 24 más al borde del colapso, hoy Morelia cumple 25 años de haber sido reconocida como Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, un distintivo del que únicamente 208 urbes en el mundo pueden presumir.

En un día como hoy pero de 1991 la capital michoacana fue reconocida por la peculiar y vasta riqueza cultural que la caracteriza, un reconocimiento que se enmarcó con su inscripción en la selecta lista de la United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura).

Con ello, mil 113 monumentos históricos fueron enlistados y blindados por ser reconocidos como la mayor riqueza cultural de la ciudad. El Acueducto, la Catedral de Morelia, el Palacio Clavijero y diversos sitios y edificios ubicados en el corazón de la ciudad, sirvieron como plataforma para que la capital formara parte de las 208 Ciudades Patrimonio que la UNESCO ha reconocido hasta el momento.

Desde el Obelisco a Lázaro Cárdenas hasta el Acueducto de Morelia, se marcó la ruta contemplada para finalmente reconocer a un total de mil 113 monumentos históricos, lo cual se efectuó con una intención primordial: garantizar su conservación, independientemente del relevante nombramiento que se estaba adquiriendo.

Hoy, a 25 años de que esto sucediera, las autoridades municipales parecen haberse olvidado de los términos en que Morelia se convirtió en Ciudad Patrimonio, pues el Ayuntamiento reconoce que de los monumentos enlistados, actualmente 19 no existen, nueve se han convertido en lotes baldíos y 24 se encuentran en ruinas.

Con base en un estudio que realizó el Ayuntamiento de Morelia, se evidenciaron las deficiencias que enfrenta la riqueza cultural de la capital, a consecuencia del desentendimiento que han tenido las autoridades municipales, pero sobre todo a las barreras burocráticas que suelen existir en el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) al buscar una restauración sobre un monumento histórico.

 

En un balance total, se expuso que además de los monumentos perdidos, 341 se han convertido en comercios, lo cual se traduce en un 31 por ciento de los monumentos; 94 están deshabitados, representando un ocho por ciento; 144 están distribuidos entre templos y museos (13%); 474 son de uso habitacional (43%) y cinco están siendo utilizados como estacionamientos públicos.

El descuido de las autoridades en torno al mantenimiento que se le da a los edificios del Centro Histórico también ha impactado sobre el número de ciudadanos que habitan en dicha zona de la ciudad, pues ante las imposibilidades económicas que llegan a enfrentar los colonos para restaurar sus viviendas, éstos se ven orillados a rematarlas o simplemente abandonarlas.

Un estudio generado por la Gerencia del Patrimonio Cultural de Morelia nos muestra que de 1980 a 2016, la población en el primer cuadro se redujo en un 65 por ciento, pasando de 65 mil habitantes a tan sólo 22 mil durante el periodo aquí señalado.

El informe detalla el despoblamiento de la siguiente manera: en 1980 existían 65 mil habitantes en el primer cuadro; para 1990 el número decreció a 55 mil; en el 2000 el registro pasó a 38 mil 988 personas y para 2016 se contabilizaron tan sólo 22 mil habitantes.

En este contexto, un aspecto sobresaliente es que la población era de 38 mil 988 personas en el año 2000 y, diez años después, disminuyó a 28 mil 114 habitantes; de mantenerse esa tendencia, para el año 2030 se contará con 15 mil 085 residentes en esta área.

 


Alarman historiadores sobre el tema

Foto: Ismael Díaz
Foto: Ismael Díaz

Entre la recopilación informativa que aquí se expone, un tema a destacar es la postura que diferentes historiadores han tenido en torno al deterioro que registran los monumentos históricos de la capital, pues aunque se reconoce que aún no se pone en riesgo el nombramiento de Morelia como Ciudad Patrimonio de la Humanidad, el desgaste de la cantera rosa del primer cuadro ha comenzado a causar preocupación entre los expertos en la materia.

La historiadora Esperanza Ramírez Romero, por ejemplo, auguró hace unos meses la desaparición total de los monumentos de la ciudad, en caso de que el Ayuntamiento de Morelia no accione de manera emergente y se omita responder por la restauración que se requiere en una cantidad importante de inmuebles.

Incluso, en una entrevista concedida en junio del presente año, la historiadora dijo tener conocimiento de que los monumentos que se encontraban al borde del colapso eran al menos 200, y no 28 como lo anunció en un estudio el Municipio.

Entre los números señalados por la especialista, se detalló también que cerca de cien casonas ubicadas en el primer cuadro actualmente se encontrarían abandonadas, a consecuencia de las problemáticas que ya se han expuesto a través de esta nota informativa.

En aquella ocasión y en muchas otras más, Ramírez Romero ha convocado al Ayuntamiento a establecer un “Segundo Rescate” sobre el centro de la ciudad, en donde se contemplaría una restauración total sobre aquellos inmuebles que presenten deterioros de gran consideración.

“¿Festejos?, ¿Qué hay que celebrar cuando ante la omisión de las autoridades, nuestro centro se ha comenzado a carcomer?”, condenó el historiador Ramón Sánchez Reyna, mediante una entrevista concedida el pasado 17 de mayo.

Con descontento y evidente remordimiento, en entrevista lamentó que “ni las autoridades estatales y mucho menos las municipales” han hecho algo para resguardar la riqueza arquitectónica que viste a la capital michoacana, aun cuando recientemente la Gerencia del Patrimonio Cultural de Morelia confirmó que 10 monumentos históricos están próximos a demolerse por presentar daños irreparables.

“Parece que a nadie le importa el tema, pienso que sólo sirvió para ponerle una etiqueta de referente turístico a la ciudad, y es evidente por el deterioro que presentan los monumentos de Morelia”, enfatizó en aquella ocasión.

Sobre la marcha de la entrevista, Ramón Sánchez recordó que en 1990 el arquitecto, Manuel González Galván comenzó a promover el reconocimiento de Morelia como Ciudad Patrimonio de la Humanidad, cuando Genovevo Figueroa Zamudio fungía como gobernador de Michoacán.

En aquel tiempo, dijo, el proyecto que le fue presentado al Gobierno de Michoacán fue reconocido y firmado por el Instituto de Investigaciones Estéticas, el Instituto de Investigaciones Históricas, la Academia Mexicana de la Historia y la Academia Mexicana de las Artes.

Con el consentimiento de estas instituciones, la administración de Genovevo Figueroa Zamudio aprobó el proyecto, y se procedió a delimitar el Centro Histórico en 219 manzanas, pero sólo dos fueron consideradas en la zona de monumentos de Morelia. Posteriormente, se consiguió que mil 113 monumentos de la ciudad fueran reconocidos por la UNESCO.

 


Insuficientes, los esfuerzos del Ayuntamiento

Foto: Ismael Díaz
Foto: Ismael Díaz

En respuesta a esta complicada situación, el accionar del Ayuntamiento tan sólo se traduce en el saneamiento de cantería y fachada plana sobre una dimensión de 22 mil 220 metros cuadrados.

Los trabajos del Ayuntamiento, en el saneamiento referido, se enfocan en la remoción de grafitis, pero también en el retiro de flora y microflora que llega a dañar la estructura de la cantera rosa que viste al primer cuadro.

Con todo y los avances que se presumen en el Municipio, la inversión en el trabajo señalado no va más allá del millón de pesos, un monto que contrasta con los gastos generados en el primer informe de gobierno que efectuó Alfonso Martínez Alcázar, pues ahí el Ayuntamiento invirtió cerca de 700 mil pesos, de acuerdo con información sustraída desde la administración independiente.

De manera total, el presupuesto destinado al saneamiento del Centro Histórico ascendió a tres millones 950 mil pesos durante este 2016; sin embargo, el propio gerente del Patrimonio Cultural de Morelia, Gaspar Hernández Razo reconoció en una entrevista concedida el pasado 1 de diciembre que este recurso es aún “insuficiente”.


Acto desesperado: privatizarán Monumentos

Foto: Ismael Díaz
Foto: Ismael Díaz

Las limitaciones financieras que el Municipio dice enfrentar para responder a los gastos que implica un rescate sobre el corazón de la ciudad, provocaron que el Ayuntamiento esté pensando en promover la participación de la iniciativa privada, a fin de proceder a la restauración de los monumentos que así lo requieran.

Será a través de un fideicomiso en donde el Ayuntamiento de Morelia procederá a la privatización de las casonas y monumentos históricos que se ubican en el Centro Histórico, para que por medio de la iniciativa privada se restauren aquellos inmuebles que se encuentran al borde del colapso.

La intención del Ayuntamiento, según explicó el gerente del Patrimonio Cultural de Morelia, Gaspar Hernandez Razo, se sustenta en conseguir que mediante la inversión privada, los monumentos que están a punto de desaparecer sean restaurados a la brevedad.

El objetivo del fideicomiso es simple: promover plataformas para que empresarios establezcan negociaciones con los propietarios del inmueble deteriorado, con la finalidad de que el sector privado lo compre y restaure.

“Hay tantos edificios que se han dejado caer por falta de recursos y no permiten avance, y ahora lo que buscamos es que realmente se habite el Centro Histórico para que todos los dueños de estos inmuebles puedan generar ese mantenimiento, y sólo lo podemos lograr si de alguna manera entra la iniciativa privada para generar el rescate de muchos inmuebles”.

Bajo este gris escenario, las 271 hectáreas, 219 manzanas, 15 plazas y mil 113 monumentos que constituyen al bello Centro Histórico de Morelia, cumplen 25 años de haber abonado para que la capital recibiera el importante nombramiento de Ciudad Patrimonio de la Humanidad desde el pasado 13 de diciembre de 1991.