Albergues escolares rurales y casas escuela de michoacán… entre el abandono y el acompañamiento.
Foto. Cortesía

POR: ENRIQUE RIVERA HERNÁNDEZ.

Los albergues escolares rurales y las casas escuela del Estado de Michoacán, han sido desde hace más de 40 años, espacios asistenciales y educativos que han permitido el desarrollo de la niñez y las comunidades vulnerables mediante la educación.

Son instituciones cuyo objetivo primordial es brindar los servicios de alimentación, vivienda, asesoría, acompañamiento pedagógico, así como, cuidado y atención a las y los niños de comunidades vulnerables que buscan salir adelante por medio del estudio de la educación básica, también, aparte de todo el servicio asistencial se brinda formación integral a las y los becarios, que incluso va más allá de los contenidos académicos.

En palabras de los propios trabajadores, a manera de metáfora, “son como un oasis en el desierto” que permiten salvar la vida de las comunidades, los niños y las niñas.

Sin embargo, el camino no ha sido para nada fácil, pues desde su creación y en el transcurso de su andar han necesitado cubrir diferentes carencias presentes constantemente.

En lo económico, se puede entender lo poco destinado a favor de los becarios y becarias principalmente para su alimentación, beca, uniformes y calzado.

En lo material, lo poco asignado para desarrollar la tarea administrativa.

En la infraestructura, que no siempre se cuenta con las instalaciones adecuadas.

En lo legal, que no existe al día de hoy certeza a estas nobles instituciones desde las leyes de educación, federal y estatal.

En lo laboral, que no se han proporcionado manuales de funciones autorizados por la secretaria de educación de manera concreta, así como tampoco horarios establecidos por ley, esto sin contar que no existe un salario acorde a lo trabajado.

Ingresa a: Memoria e imaginario colectivo en las luchas populares mexicanas

Todo lo anterior, tan solo por mencionar algunas problemáticas.

Dichas necesidades, han generado que los propios trabajadores en distintos momentos y por diferentes medios, sean quienes busquen de manera personal generar respuestas favorables a las distintas insuficiencias.

En el transcurso de más de 40 años, quizá, algún funcionario ha intentado apoyar, gestionar o resolver las problemáticas, aunque cabe mencionar, esto no ha sido la regla, sino la excepción.

Se han realizado por medio de los trabajadores, estrategias sindicales, legales e incluso políticas, buscando siempre mejoras en los albergues escolares rurales y las casas escuela, con el firme objetivo de apoyar el desarrollo de la niñez, las comunidades y los propios trabajadores.      

Han entregado documentos al actual presidente de la república Andrés Manuel López Obrador, en Huetamo, a diputados federales del estado, han visitado las cámaras de diputados y senadores en la ciudad de México, han entregado escritos que han sido recibidos por las comisiones de educación, así como la comisión de derecho de la niñez y la adolescencia, todo esto sin obtener ninguna respuesta favorable.

El actual gobernador del Estado de Michoacán, el maestro Alfredo Ramírez Bedolla en 2020 cuando fue diputado local visito el albergue de Villa Madero, acompañado por Juan Pablo Celis, hoy actual dirigente estatal del partido morena, ambos conocieron la problemática y dieron cierto acompañamiento.

Actualmente, la propia secretaría de educación, la doctora Yarabí Ávila González ha prestado atención a los albergues escolares rurales y las casas escuela, esto agregado a que el director general de unidades regionales, Martín López Ortiz y el secretario de gobierno del Estado, Carlos torres piña han escuchado de manera directa a los trabajadores de los albergues escolares rurales y las casas escuela.

 Estas escuchas, esta atención, han dibujado una luz esperanzadora en el camino del acompañamiento para la posible resolución de las distintas problemáticas.

Marcando un cambio radical en comparativa con el periodo del gobierno del Estado anterior, en donde existió, abandono, represiones administrativas, amenazas a los involucrados e incluso desaparición de algunas partidas presupuestales sin explicación alguna.

Afectado directamente a los beneficiarios de los albergues escolares rurales y las casas escuela, es decir a las niñas y niños.

De tal manera, que los trabajadores al día de hoy, por muchos años, han seguido en la búsqueda de sus respuestas de manera incansable, mostrando gran compromiso y vocación, pero también, que los albergues escolares rurales y las casas escuela están por momentos entre el abandono y el acompañamiento.

*Los comentarios de la columna opinión son responsabilidad de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de www.contramuro.com