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La sucesión presidencial se encuentra adelantada, los tiempos legales están rebasados por todos los aspirantes, tolerada y auspiciada por los partidos políticos.

Al interior del Partido de la Revolución Democrática, sin lugar a dudas que el candidato será Silvano Aureoles Conejo, los motivos ya quedaron expuestos en un artículo de quien esto escribe publicado en este medio el día 8 de marzo del presente año.

Así, creo que Andrés Manuel López será el candidato a Presidente de México del partido Movimiento de Regeneración Nacional o MORENA por sus siglas distintivas.

No tiene opositor al interior de su partido, no hay quien se atreva a contradecirlo u oponerse a sus aspiraciones. Todo partido político tiene que demostrar un proceso de selección interno de sus candidatos, en este caso, creo que será de mero trámite para legitimar al Peje, como coloquialmente se le conoce.

Él es fundador de MORENA, su principal constructor y, por decir lo menos su dueño. Construir una sociedad libre, justa, solidaria, democrática y fraterna, es parte de su propuesta. Lo bello de ayudar a los demás y la felicidad que se encuentra en dicha acción, también se pregona en MORENA.

Hoy, AMLO va solo en una alocada carrera, generando la percepción de fortaleza. Ya está en campaña por todo el país y lo está desde hace varios lustros.

No sé qué tan bueno o malo pueda resultar para el país que López Obrador sea el Presidente, lo cierto es que promete acabar con los males que nos aquejan y, a los mexicanos nos gusta escuchar voces de esperanza.

Y sí, en un pueblo con hambre y sed de justicia, como lo dice la Biblia y luego retomado por Colosio, escuchar la posibilidad de poner fin a la pobreza, a la corrupción, es por lo menos esperanzador.

No se le puede regatear mérito a AMLO, tampoco persistencia, tenacidad, empeño, congruencia en el discurso.

Tampoco se puede dejar de señalar que resulta imposible que en seis años los bosques y ríos queden restaurados del deterioro que sufren, es por lo menos irrealizable su propuesta, o quizás una mentira o demagogia.

AMLO empezó en el PRI, siguió al PRD y fundó MORENA, Un paso vertiginoso por varios partidos políticos. Fue Presidente del comité estatal del PRI en tabasco, de donde es originario, candidato a Presidente de México en 2006 y en 2012, contiendas en las que resultó perdedor y se proclamó presidente legítimo, una figura que evidentemente estaba fuera de la ley.

Fue Jefe de Gobierno del Distrito Federal y construyó el segundo piso del periférico, una obra monumental y de gran utilidad que se le debe reconocer en toda su dimensión. Amplió los programas sociales de apoyo a la población lo que ha permitido que actualmente MORENA gobierne la mayoría de demarcaciones de las que se compone la capital del país.

Es imposible borrar sus logros, como imposible resulta recordar que desquició el Distrito Federal con la toma de la avenida reforma en su protesta por el supuesto fraude electoral en el año de 2006.

Propone y lo hace de manera categórica: consultar a la población para que se decida si se mantienen las reformas estructurales de Peña Nieto, no habrá más impuesto ni endeudamiento del país, bajar la gasolina y el diésel, cambiar la estrategia de seguridad, aumentar el salario y las pensiones a los adultos mayores, construir refinerías, combatir la corrupción, eliminación del fuero y revocación de mandato, trenes de alta velocidad a la frontera de Estados Unidos en lugar de aeropuerto, entre otras.

¿Cómo cumplir todo esto? Es lo que realmente interesa de su programa.

Todo lo que propone suena dulce, y hasta produce felicidad, ¿pero es posible hacerlo, o son solo buenas intenciones?

A sus 64 años recorre el país lanzando sus promesas, busca ser Presidente de México en las elecciones federales de 2018, y emite sus propuestas sin empacho. Va solo, como ya lo dije, no hay más contendientes porque la elección aún está a casi 500 días de distancia y la ley electoral prohíbe adelantarse a los tiempos; aun así, la investidura de jefe de MORENA lo protege y lo blinda.

Pretende aglutinar a la izquierda mexicana, cosa menos que imposible, quizás el último intento con éxito relativo fue el de Cuauhtémoc Cárdenas con el Frente Democrático Nacional en 1988.

En su marcha rumbo al 2018 todos los que se sumen con él, pueden notarse en forma significativa y todo lo que haga puede resonar en el escenario político vacío, sin contendientes, Todo lo que diga acaparará la atención de la prensa, porque no hay quién más hable de la contienda. Nadie más tiene el 2018 por casi cinco años en su mente.

Veremos cómo se configura el escenario en los días por venir. Por lo pronto Silvano ya estuvo en Tabasco.

Del PAN y del PRI hablaremos en próximas entregas, ahí la configuración y los ánimos se rigen por rituales políticos muy especiales, propios de este sistema político.

Todos ellos configuraran una contienda inédita rumbo a 2018, todos con posibilidades reales de ganar.

emartineziv@hotmail.com