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 Por: Marx Aguirre Ochoa

El máximo líder social de los últimos años, Andrés Manuel López Obrador, está siendo cuestionado por muchos y su autoridad pudiera ponerse en juicio. Son los tiempos de hacer ajustes y de reordenar, ciertamente las circunstancias en las que recibe AMLO al país no son las mas favorables pero tampoco las más difíciles con respecto de otros sexenios.

En relación a los últimos acontecimientos nacionales del próximo presidente de la República, conviene la invitación a la reflexión y al análisis.  Tras una consulta popular muy señalada, se anunció la cancelación de la mayor obra de infraestructura impulsada por el gobierno de Peña Nieto, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en Texcoco,  el efecto de esto,   la reacción de los mercados con la depreciación del peso mexicano; el anuncio de una iniciativa que buscaba prohibir más de una decena de comisiones bancarias a los bancos, lo que llevo al desplome de la  la Bolsa Mexicana de Valores,  la bien recibida eliminación de las pensiones vitalicias a expresidentes o viudas de exmandatarios de la Ley federal de Remuneraciones de los servidores, la ley suprime la pensión vitalicia de 205,000 pesos, que recibían los expresidentes y derechos a seguridad; la marcha “Fifi” en apoyo a la construcción del NAIM, entre otras declaraciones y noticias que han causado revuelo a nivel nacional y mundial.

Es así, que surgen diversas inquietudes relacionadas con el  liderazgo en un país que como México, está vinculado a múltiples formas de globalización del mercado.  En este contexto, podría estarse de acuerdo o desacuerdo con López Obrador en diferentes temas, sin embargo, sería difícil negarle su papel de lider, pero si la obligación de cuestionar lo hecho.

Haciendo un repaso de las características de un lider, no hay líderes en todo y para todo, sino que tienen carácter específico y sólo para determinadas circunstancias, su función es socialmente necesaria y permanecen vigentes hasta en tanto los cambios que como solución proponen, no estén satisfactoriamente realizados.  Alguien tienen que leer la realidad y alguien tiene que proponer las soluciones a los problemas de esa misma realidad, desde su posición social y desde su propia perspectiva.  En los distintos  ámbitos hay líderes, en una diversidad y jerarquía, que incluye los líderes estudiantiles, magisteriales, campesinos, obreros y empresariales, entre otros.

Hay también un tipo de líder, cuya actividad se relaciona con el conjunto de la sociedad, con el país, con la Nación y, en este caso, se está hablando de un líder político, cuyas propuestas tienen sentido y rumbo histórico para sus seguidores.  El líder político está metido en el hacer diario de la historia.   Por lo visto, en México, la política, sobre todo la que se hace por los partidos  y desde el gobierno, tiene vacíos importantes respecto a los liderazgos.  Se ha dejado a la espontaneidad la formación de liderazgos y más bien ofrecen oposición a su surgimiento.  Donde no hay innovación, hay burocracia y esta podría ser la característica más destacada de la dinámica política mexicana.

Es difícil encontrar liderazgos reales, colectivos o individuales, en los partidos políticos y en el gobierno, con real credibilidad y capacidad de convocatoria. En México hay crisis de liderazgos y este hecho concede la mayor importancia al liderazgo de López Obrador.  Todavía queda mucho por analizar, todavía no comienza su mandato y hay mucho que ver en la practica, más alla de los discursos y palabras, las esperanzas generadas por el Lider AMLO son grandes.

¿Cómo fue posible el surgimiento y la existencia del liderazgo de Andrés Manuel López Obrador?, ¿refleja algo de la vida de la sociedad mexicana?.  Observadas las circunstancias actuales del país, lo que existe es un vacío de liderazgos en el sentido sociológico del término.  Lo que existe son relaciones de dominación, en las que la posición del “Jefe” se mantiene por medio de un sistema organizado y no por el reconocimiento de la contribución individual a los objetivos colectivos.

La economía de mercado y más ampliamente la sociedad que se mueve de acuerdo con las reglas del mercado, al parecer, no está generando liderazgos con sensibilidad para expresar las necesidades del desarrollo, la igualdad y la superación de la pobreza.  Está sociedad, cuando mucho, produce “líderes empresariales”, pero no líderes sociales.  Se mercantiliza la política y los políticos mismos se convierten en mercancías.

Por lo pronto, con acuerdos y desacuerdos, muchos mexicanos esperamos que el liderazgo del próximo presidente de México, no se diluya, ni sea una falsa esperanza, por el bienestar de todo una nación ansiosa de verdaderos liderazgos.