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Por: Marx Aguirre Ochoa

Es generalmente aceptado que el único factor que produce riqueza es el trabajo. Pueden existir abundantes recursos naturales que son sólo eso, recursos, que al ser tocados por las energías humanas, por el trabajo, son transformados en riqueza. El trabajo es la capacidad para producir riqueza y la ausencia de trabajo es el indicador contundente de la pobreza en sus diversas manifestaciones. En esta perspectiva, la situación del empleo en Michoacán representa la explicación profunda de sus rezagos, estancamiento y pobreza. A ello habría que agregar las desigualdades provocadas por la concentración del ingreso, en minorías que disponen un exceso de todas las oportunidades para la existencia.

El contexto laboral es dramático para Michoacán. El Colegio de Economistas, ha expuesto que el 90.9 por ciento de la Población Económicamente Activa en el estado, registra alguna forma de precariedad laboral, entendida como la incapacidad para encontrar en la fuente de trabajo, los medios suficientes para la subsistencia. Entre ellos, ocho de cada diez trabajadores están ocupados en la informalidad laboral, donde se incluyen todos los giros de actividad. El problema de la desocupación ha sido constante en los últimos años. La estructura de la ocupación y la desocupación tiene múltiples implicaciones, referidas a la subocupación, al trabajo que carece de remuneración, al trabajo infantil, así como la ampliación de la informalidad visible en los cruceros con la presencia de malabaristas, payasos, limpiaparabrisas, vendedores de todo tipo, hasta las actividades criminales.

El desempleo como tal trae consigo diferentes situaciones de carácter multívoco, destacando: Reducida inversión pública, incipiente capacidad para atraer inversiones, nacionales y extranjeras, parálisis de la inversión privada local en capital fijo, percepciones de inseguridad y las incapacidades a las respuestas de los agentes públicos locales a los conflictos de distinto tipo. La lista de problemas es mayor. Todas estas características representan una aproximación suficientemente válida a las dificultades michoacanas para generar puestos permanentes de trabajo, acumulación de la desocupación y la pobreza. En este contexto, ¿qué es lo que tendría que hacerse, considerando también la crisis financiera del gobierno estatal? Crear empleos significa inversión y la inversión en las circunstancias presente, plantea alcanzar la ineludible condición favorable de Michoacán para competir por la atracción de inversiones, movilizando creativamente sus posibilidades internas, sus recursos y población, en función de objetivos compartidos de desarrollo, cuyos avances tendrían que compartirse con equidad, como requisito para otorgarle continuidad sustentable..

Recordemos, que el desocupado de algo tiene que vivir y hacer vivir a sus familias, ilegal o ilegalmente. Esta brecha enorme, desproporcionada, entre oferta y demanda de trabajo para una población creciente, constituye un reto mayúsculo del gobierno entrante en una coordinación realmente eficiente, entre los tres niveles de autoridad. El Presidente Electo de la República, Andrés Manuel López Obrador tiene el gran compromiso con lo michoacanos para la verdadera generación de empleos de la mano con el Gobierno Estatal y principalmente con quienes tienen la capacidad de tomar las grandes decisiones persistentes para interrumpir el círculo perverso de la pobreza, que en su velocidad genera desintegración, pérdida de la confianza y la autoestima del conjunto de la sociedad. Los problemas no resueltos crecen y provocan nuevos problemas hasta llegar a las crisis con costos de solución difíciles de cuantificar.