Artesanías morelianas, de las más olvidadas en Michoacán
Foto ilustración: Internet

Morelia, Michoacán.- En Morelia son 108 los artesanos registrados que se dedican a las diversas manifestaciones de artesanía, aunque algunas técnicas poco a poco se abandonan, actualmente hay diversas asociaciones y maestros artesanos que tratan de recuperar estas piezas características del municipio, entre las que destacan el juguete tradicional en madera, las catrinas de Capula, la alfarería de Capula, la joyería en plata, la cantera labrada y la lapidaria.

A través de los años, se han dedicado a estudiar y rescatar técnicas ancestrales que pocas familias usan actualmente. Son las tenencias de Capula, San María, San Nicolás Obispo, Tacícuaro y en la propia capital donde mayormente se producen artesanías de diversas ramas como el arte plumario, la cerería, cerámica de alta temperatura, piedra, vidrio y mueble pintado.

De los más reconocidos ya también a nivel mundial están las “Catrinas de Capula”, reproducciones de la figura de José Guadalupe Posadas, que llegó a Morelia a finales de los años 70 a través del maestro Juan Torres, quien instruyó a los artesanos de esa tenencia para que elaboraran la figurilla, como parte de un programa de rescate de obras de artistas mexicanos. En la actualidad son 50 los talleres de catrinas en Capula.

La cantera labrada también es característica propiamente de la capital michoacana, por algo la llaman “la ciudad de las canteras rosas” y son aproximadamente 50 los talleres que se dedican a la escultura, infraestructura y piezas pequeñas talladas en cantera. Que además a razón de proteger sus diseños y técnicas se asociaron en una marca registrada.

Morelia también hace gala del vidrio fusionado, el mueble decorado, la cera y el arte plumario, todas estas manifestaciones artísticas, rescatadas en últimas fechas por jóvenes que se interesaron en “no dejar morir las técnicas” que a través de los años han sido referente a nivel estatal y nacional. Sin embargo, la más olvidada a decir de la historiadora, Francisca Escobedo Pérez, el arte de la lapidación es el más abandonado.

“Es también una de las técnicas menos valoradas, se desarrolla principalmente en San Nicolás Obispo y Tacícuro pero son máximo 10 familias las que lo trabajan en ambas comunidades, que además se dedican a la elaboración de objetos en piedra de manera intermitente, es decir, regularmente trabajan en Estados Unidos y cuando vienen de visita es cuando producen los metates, molcajetes y demás utensilios a base de piedra”, expuso.

Ireri Piña es licenciada en Periodismo, reportera de Educación, Turismo, multifuente. Contadora de historias y causas sociales; michoacana, moreliana