alfonso solorzano
Foto: Cortesía

Días grises parecen aproximarse para México conforme se acerca la llegada de Donald Trump al ejercicio de la presidencia de EU; el peso mexicano no cesa de devaluarse e incluso ya algunas empresas estadounidenses están reconsiderando instalarse en nuestro país.

Al mismo tiempo nuestro gobierno aún no ha revelado públicamente alguna estrategia para proteger al país de las políticas económicas y sociales que planea ejecutar Trump, tales como la deportación en masa de millones de connacionales así como romper tratados comerciales y subir drásticamente aranceles a los productos procedentes de México hacia el vecino del norte. Todas esas políticas sin lugar a dudas perjudicarán a corto e incluso a mediano plazo; es por ello que deben buscarse todas las alternativas posibles para al menos reducir el impactos de esas polémicas acciones que pretende sacar adelante el presidente electo de EUA.

Entre estas alternativas debe considerarse una región siempre subestimada: Centroamérica. La región de Centroamérica o América Central ha tenido una historia relativamente complicada, al igual que México, fue también territorio colonial español y después de que nuestro país consiguiera la independencia en 1821 esta región decidió aceptar la oferta del emperador mexicano, Agustín de Iturbide, para formar parte del nuevo estado mexicano. Entonces a partir de 1822 Centroamérica y México fueron un solo país. Sin embargo tal anexión duró apenas un año, pues en 1823 Iturbide fue derrocado y las provincias que conformaban Centroamérica, con excepción de Chiapas que permaneció con México, se separaron de nuestro territorio.

A partir de entonces Centroamérica vivió varios procesos de inestabilidad política en cada una de sus diferentes provincias generando nuevos y pequeños estados en su territorio contemporáneo. Actualmente Centroamérica se conforma por 7 países, sin contar los estados mexicanos que geográficamente se ubican en América Central, los cuales son Belice, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.

Con excepción de Belice y Costa Rica el resto de estos países libraban hasta hace 30 años unas brutales guerras civiles, que finalmente concluyeron en pactos de paz y la instauración de regímenes democráticos, sin embargo el azote de las dictaduras y guerras que sufrieron generaron también una población con poco desarrollo socio-económico lo cual le abrió las puertas a grupos criminales y pandilleros que empezaron a apoderarse de los sectores más vulnerables de la región.

Pero aun con ello los centroamericanos han sabido salir adelante, en la actualidad Guatemala y El Salvador no han temido poner ante la justicia a presidentes que han abusado fiscalmente de sus facultades administrativas, mientras que Nicaragua, Costa Rica y Panamá tratan de incrementar su desarrollo económico.

Centroamérica aún tiene un largo camino que recorrer hasta el bienestar general para la mayoría de la población, pero en este momento es una opción que México no debería descartar para una futura alianza.

El poder adquisitivo de los centroamericanos es cada vez mayor, y aunque sería muy prematura plantear la idea de un convenio de libre comercio o algo por el estilo, México debería ir considerando la idea de constituir convenios comerciales para ciertos sectores específicos, pues a pesar de sus recursos naturales Centroamérica vive sobre todo de una economía de servicios, por lo que México podría encontrar buenos socios comerciales en esta región.

También en el aspecto de seguridad Centroamérica es muy relevante, toda vez que  es la región que está directamente conectada con nuestra frontera sur, por lo mismo se requiere generar una buena alianza con los estados centroamericanos para combatir de forma eficaz al crimen organizado que opera en esa región y que además repercute directamente en la seguridad de México, pero para ello se requiere una gran coordinación entre el gobierno mexicano y los gobiernos de las naciones centroamericanas.

Por todo ello, Centroamérica que lamentablemente siempre ha sido subestimada tanto por el gobierno como por la sociedad de México, es una aliada en potencia con la que tanto nuestro país puede salir beneficiado y al mismo tiempo generar beneficio para esa posible aliada.

Poco tiempo atrás México era una ejemplo a seguir para los centroamericanos, pero por querer buscar alianza absoluta con EUA se le dio la espalda a la región de América Central, lo cual fue aprovechado por otras naciones de América Latina como Colombia, Venezuela e incluso Cuba, para generar influencia política y nuevos pactos comerciales con los centroamericanos. Pero México aún puede volver la vista hacia esta región, la cual que formó parte de nuestro territorio y que también compartió estandarte y gobierno con nuestra nación, y que ahora está tratando de buscar el desarrollo y progreso.

Momentos turbios se acercan para nuestro país, por lo mismo deben considerarse todas las opciones posibles para poder salir adelante, México y Centroamérica comparten más vínculos de los que imaginamos, solo que aún no parecemos  damos cuenta, esperemos que esto suceda antes de que empeore más la situación actual.