En las primarias de Nueva York, Clinton y Trump parten como favoritos de sus partidos en la carrera a la Casa Blanca, con Sanders y Cruz en clara desventaja
Estados Unidos.- Las elecciones primarias en Nueva York marcan una etapa decisiva rumbo a la Casa Blanca, con tres aspirantes jugando en casa. Hillary Clinton, exsenadora por el estado, y Donald Trump, nacido y criado en Queens, lideran las encuestas en las primarias demócratas y republicanas, respectivamente. Por su parte, el senador Bernie Sanders, originario de Brooklyn, compite desde Vermont, su estado de residencia durante las últimas cuatro décadas.
El Estado de Nueva York se convierte así en el escenario clave para ambos partidos. En el caso de Hillary Clinton, su experiencia como ex primera dama y senadora la posiciona como favorita entre los demócratas. En tanto, Donald Trump busca confirmar su dominio entre los republicanos, apelando a su imagen de empresario neoyorquino y outsider político.



En contraste, el senador texano Ted Cruz enfrenta un panorama adverso en este territorio. Durante su campaña, Cruz criticó los llamados “valores de Nueva York”, los cuales definió como “progresistas y favorables al matrimonio homosexual y al aborto”. La expresión le valió críticas, pues muchos votantes consideran que dichos valores reflejan la diversidad y la apertura del estado.
Durante un acto de campaña, Clinton defendió esos mismos ideales al afirmar: “Vamos a defender los valores que han hecho a Nueva York y a Estados Unidos grandes”. Con este mensaje, la candidata demócrata buscó reforzar su conexión con el electorado local y distanciarse de las posturas conservadoras de sus rivales.
De acuerdo con un promedio de encuestas de Real Clear Politics, en las primarias republicanas de Nueva York, Donald Trump lideraría con un 52.6% de los votos, seguido por el gobernador de Ohio, John Kasich, con 22.9%, y Ted Cruz con 17.9%. Estas cifras consolidan a Trump como el favorito indiscutible en su estado natal.
Las primarias de Nueva York no solo definirán el liderazgo en ambos partidos, sino también servirán como termómetro político rumbo a la elección presidencial de Estados Unidos 2025. Clinton y Trump buscan aprovechar su vínculo con el estado para afianzar su camino hacia la nominación final.
