Foto: Animal Político

Se cansaron de estar de luto. La tristeza y la rabia por el feminicidio de Alessana Flores, una joven trans, “nos trajo de nuevo a reclamar justicia. Es hora de voltear las caras y que sea las de los agresores las que mire la gente, no las nuestras”, exigió la activista Jessica Marjane Durán Franco.

La noche de este viernes colectivos transgénero, feministas y de la diversidad sexual montaron un altar, en la glorieta de Insurgentes, dedicado a Alessana, quien fue asesinada este jueves 13 de octubre. Ella era defensora de derechos humanos, luchaba por dignificar las condiciones del trabajo sexual, por combatir la criminalización y el estigma, señaló en entrevista.

“¿Por qué, por qué?”, le preguntaba una chica a su novia, abrazada a ella por el frío otoñal o por la helada noticia de que su amiga fue asfixiada. En menos de 10 días cuatro mujeres trans fueron asesinadas, recordó Durán Franco. Paola y Alessana en esta ciudad; Itzel Durán, en Chiapas, y otra más en Chihuahua.

Aunque aún no hay una versión oficial , advirtió, “ella fue asesinada en el Hotel Caleta, en la Ciudad de México, por un hombre con quien se le vio entrar”. Las compañeras de la joven de 28 años, quienes eran cercanas a ella, no saben si el sujeto la abordó en Tlalpan, donde trabajaba, o se citaron en el establecimiento.

“Sé que ella luchó hasta el último momento por vivir”, afirmó Jessica Durán, casi sin voz, con la mirada al suelo. De acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la población trans tiene una esperanza de vida de menos de 35 años debido a los crímenes de odio del que son objeto. “Alessana lo confirmó”.

Los activistas, de pie frente a las velas que fueron encendidas “para darle luz en su camino”, no están dispuestos a guardar un minuto de silencio en su honor. “Ya hemos sido silenciadas por un sistema que se empeña en vernos como lo que no somos, y en no respetar nuestros derechos”.

En cambio, “estamos aquí gritando por tener justicia”. Porque las autoridades castiguen el crimen, porque las instituciones hagan su trabajo y porque la gente intervenga, “no basta decir con que no discriminas, tienes que actuar”.