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El Protocolo de Manejo para la contención química de Bantú, elaborado por la Dirección General de Zoológicos y Vida Silvestre de la Ciudad de México, confirma que el grupo de especialistas que participaron en el fallido traslado del gorila de tierras bajas a Guadalajara se salió del procedimiento establecido al aplicar una segunda dosis de anestesia al ejemplar, lo que podría haberle causado la muerte.

El documento en poder de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema), cuya copia posee Excélsior, incluye 12 pasos a seguir en un lapso de una hora y 30 minutos, que van desde la administración de una inyección remota a Bantú, el pesaje y la toma de muestras sanguíneas, pasando por la recuperación de la anestesia y la aplicación de un tranquilizante para el viaje, hasta concretar la salida del Zoológico de Chapultepec.La dosis única para dormir al gorila, incluida en el Protocolo de Manejo, era una mezcla de 3.15 mililitros de tres fármacos: Ketamina, Tiletamina/Zolacepam y Medetomidina.

Pero 22 minutos después de disparar el primer dardo al ejemplar, se administró una “dosis suplementaria”, de acuerdo al médico veterinario Javier Ojeda Chávez, quien fungió como enlace de supervisión y atención médica “A”, al firmar una hoja donde hace la cronología de la muerte de Bantú.

“19:20 hr. Se aplica anestesia mediante inyección remota. Se quita el dardo al momento de sentir el piquete. El ejemplar queda sedado, no anestesiado.

19:42 hr. Se administra una dosis suplementaria, para que se produzca el plano anestésico y poder iniciar el manejo”, escribió.

Lo anterior se corrobora con la bitácora de manejo, elaborada por el Servicio Médico Veterinario del Zoológico de Chapultepec, que establece que la segunda inyección remota contenía 1.5 mililitros extras de fármacos (Ketamina, Tiletamina/Zolacepam y Medetomidina).

“Se aplica 1.5 ml de anestesia, permanece en decúbito ventral con cabeza recargada en brazos; respiración profunda. Se aplica en pie derecho”, detalla.

El Protocolo de Manejo, que supuestamente tomó como base la experiencia internacional, fue calculado para un gorila de 200 kilogramos, con la propuesta de aplicarlo a partir de las 19:00 horas del miércoles 6 de julio.

Todos los procedimientos estuvieron bajo la supervisión del médico veterinario Roberto Aguilar, con la participación de sus colegas Miguel Ángel Martínez (Electrocardiograma); Everardo Montfort (Revisión clínica/Aplicación de fármacos); Alberto Olascoaga, (Coordinación médica / Anestesia); Javier Ojeda (Supervisión del manejo y Anestesia); Xóchitl Ramos (Examen y limpieza dental) y Paola Rodríguez (Toma de muestras).

Uso de una Sustancia prohibida

La primera dosis era de 3.15 mililitros, de una mezcla de tres sustancias, donde la Medetomidina estaba contraindicada y cuyo uso no está autorizado por el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), por lo que se presume que entró de contrabando a México, advirtió Antonio Franyuti, director de la organización Animal Heroes.

“Uno de los medicamentos que ellos utilizaron no está permitido en el país, está incluso contraindicado por el procedimiento, en el que ellos mismos señalan que se basaron, esto habla de un procedimiento totalmente negligente y oscuro”, indicó.

Por su parte, María Elena Hoyos, exdirectora del Zoológico de Chapultepec, dijo que expertos de Atlanta, Estados Unidos, le confirmaron que la Medetomidina se debe evitar en grandes simios adultos de los que no se tiene la certeza absoluta de que se encuentran libres de afecciones cardiacas.

La también activista a favor de los derechos de los animales recordó que Bantú carecía de un historial clínico, porque nunca hubo un manejo del gorila y el único antecedente que había eran unos exámenes médicos practicados en 2010, cuando fue anestesiado por primera vez, pero con una dosis diferente.

Con información de Excelsior