Conoces Patrimonios Humanidad Michoacán
Conoces Patrimonios Humanidad Michoacán

Michoacán cuenta con seis bienes nombrados Patrimonios de la Humanidad, ¿los conoces?

Morelia, Michoacán, 24 de mayo de 2023.- Con el propósito de identificar y proteger el patrimonio cultural y natural más importante del mundo, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), ha establecido que 1,121 sitios de la Tierra poseen un “valor universal excepcional”, de los cuales, seis bienes pertenecen a Michoacán. Conócelos.

  1. El Centro Histórico de Morelia, patrimonio cultural desde 1991. Construido a partir del siglo XVI en lo alto de una colina, es un ejemplo excepcional de planificación urbanística y fusiona los conceptos del Renacimiento español con la experiencia mesoamericana. La historia arquitectónica de la ciudad permanece plasmada en las calles que conservan su trazo primigenio, y en más de doscientos edificios históricos de cantera rosa, los cuales manifiestan la magistral y ecléctica combinación del espíritu medieval con elementos renacentistas, barrocos y neoclásicos. Ha sido cuna de varios personajes importantes de la historia de México, especialmente de la Independencia.
  2. Noche de Muertos -Animecha Kejtsïtakua-, patrimonio cultural desde 2003. El 1 y 2 de noviembre de cada año, ocurre la paradoja de la muerte llenando de vida los hogares, panteones y veredas de la Meseta Purépecha, que rebosan de altares y ofrendas de origen prehispánico con flor de cempasúchil, comida típica, piezas de alfarería, objetos artesanales y velas, en dedicatoria a quienes materialmente ya no existen, para venerar lo que fueron y cuyas almas retornan transitoriamente a visitarnos. Esta tradición fue aprovechada por los evangelizadores españoles para hacer un sincretismo entre el cristianismo y las creencias religiosas autóctonas, la cual se ha arraigado en Michoacán, a tal punto que actualmente es el centro de atención del turismo nacional y extranjero.

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Esta celebración marca el final del ciclo anual del maíz, que es el cultivo predominante en el país. Este encuentro anual entre los pueblos indígenas y sus ancestros cumple una función social que afirma el papel del individuo dentro de la comunidad.

  1. Reserva de biosfera de la mariposa monarca, patrimonio natural desde 2008. Situada en medio de montañas forradas de bosques de oyamel, pino, encino y cedro, que alcanzan una extensión de 56.259 hectáreas y albergan amplia variedad de microclimas y numerosas especies endémicas de flora y fauna. Cada otoño, millones de mariposas monarcas procedentes de enormes áreas de América del Norte anidan en zonas forestales de los municipios michoacanos de Contepec, Senguio, Angangueo, Ocampo, Zitácuaro y Áporo, y otros del Estado de México, tiñendo sus árboles de color naranja e incluso plegando las ramas por el peso de tantas.

En la primavera boreal comienzan la migración de ocho meses hacia toda la parte oriental del Canadá. Aún se ignora cómo logran encontrar su camino hasta el lugar de hibernación. Su particular ciclo de vida otorga invaluables servicios ecosistémicos, como es la captura de carbono y la recarga de mantos acuíferos, que influyen en una fuerte humedad que favorece el desarrollo de la red fluvial y la generación de una amplia variedad de microhábitats.

  1. Voladores de San Pedro Tarímbaro, municipio de Tlalpujahua, patrimonio cultural desde 2009. El 29 de junio se honra la imagen de San Pedro Apóstol, por lo que el domingo siguiente se le dedica un ritual de danza tradicional de vuelo, durante el que cuatro hombres surcan los vientos con ayuda de lazos que los atan a la punta de un madero de gran altitud, de 18 a 40 metros, fabricado con el tronco de un árbol recién cortado en el bosque, tras haber implorado el perdón del dios de la montaña. Cada variante representa un medio de hacer revivir el mito del universo, de modo que se expresa la cosmovisión y los valores de la comunidad, propicia la comunicación con las deidades e impetra la prosperidad.

La ceremonia está asociada a la fertilidad y es practicada por diversos grupos étnicos de México y Centroamérica. Su objeto es expresar el respeto profesado hacia la naturaleza y el plano espiritual, así como la armonía con ambos. Sentado en la plataforma que remata el mástil, un quinto hombre, el caporal, toca con una flauta y un tambor melodías en honor del sol, así como de los cuatro vientos y puntos cardinales. Después de este acto de invocación, los danzantes se lanzan al vacío y giran imitando el vuelo de los pájaros mientras la cuerda se desenrolla, y van descendiendo paulatinamente hasta el suelo.

  1. La pirekua, canto tradicional del pueblo purépecha, patrimonio cultural desde 2010. La diversidad de sus estilos resulta en variaciones regionales en 30 de las 165 comunidades existentes, como las no vocales de sones y abajeños. Sus cantantes o pirériechas, entonan ritmos lentos en solo, dúo o trío, y también se acompañan de coros, orquestas sinfónicas y de cuerda, y conjuntos musicales de instrumentos cordófonos y aerófonos, cumpliendo una función de mediación social, al utilizar las canciones para expresar sentimientos y comunicar acontecimientos importantes, frecuentemente con el uso de símbolos.

Su origen data de las plegarias chichimecas y uacúsecha, la cosmovisión politeísta y la inspiración que provoca la naturaleza como el viento, el fuego, la lluvia, el sol, la flora y fauna. Es un instrumento efectivo de diálogo entre las familias y las poblaciones tarascas, pues contribuye al establecimiento y estrechamiento de vínculos entre ellas.

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Tradicionalmente se transmite por vía oral, de generación en generación, y no sólo es una expresión cultural, literaria y musical que se mantiene viva actualmente, sino que constituye un signo distintivo de identidad y un medio de comunicación. Se canta tanto en purépecha como en español.

  1. La cocina tradicional mexicana, cultura comunitaria, ancestral y viva; paradigma de Michoacán, patrimonio cultural desde 2010. Es un modelo cultural completo que comprende actividades agrarias, prácticas rituales, conocimientos prácticos antiguos, técnicas culinarias, costumbres y modos de comportamiento comunitarios, gracias a la participación de la colectividad en toda la cadena alimentaria. Los elementos básicos del sistema son el maíz, los frijoles y el chile, con métodos de cultivo únicos en su género, como la milpa; procedimientos de preparación como la nixtamalización, que aumenta el valor nutritivo; y utensilios especiales como metates y morteros de piedra.

Se añaden ingredientes autóctonos, como tomates de variedades diversas, calabazas, aguacates, cacao y vainilla. El arte gastronómico mexicano es muy elaborado y está cargado de símbolos: las tortillas y los tamales consumidos diariamente forman también parte de las ofrendas de Noche de Muertos. En Michoacán y todo el país hay agrupaciones de cocineras y de practicantes que manifiestan la identidad comunitaria y permiten fortalecer los vínculos sociales, consolidando el sentimiento de identidad a nivel nacional, regional y local. Estos esfuerzos de preservación destacan la importancia de la cocina tradicional como medio de desarrollo sostenible.