tras convocatoria ciudadana se marchó en Morelia por la seguridad

La convocatoria ciudadana en Morelia revela una baja participación frente a la inseguridad.

Morelia, Michoacán.- “Nos están matando”, el llamado a un “Ya Basta” que no logra sacar a las calles a los ciudadanos pese a la inseguridad que priva no solo en Morelia sino en gran parte del país, expone el empresario Agustín Rebollar, organizador de la convocatoria ciudadana.

Con una participación de menos de 80 personas, la convocatoria para caminar sobre la Avenida Madero desde la Fuente de Las Tarascas, no contó con el número deseado para quienes también conforma la asociación “Ciudadanos por México” en Michoacán y que han venido sumando a la defensa de órganos autónomos, como también de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

Rebollar, empresario y activista social dio cuenta de las veces que ha sido objeto de la delincuencia organizada, con el despojo o robo de camionetas a mano armada, situación de la que dijo está harto y que le ha llevado a salir a expresarse y ser uno de los convocantes para el llamado nacional.

Con paso lento y abriéndose espacio entre los asistentes a la ciclovía dominical, los asistentes fueron reforzados por familias buscadoras de desaparecidos, delito que a decir de Rebollar, se acrecentó en el gobierno federal a manos de López Obrador.

Las consignas, aunque endebles y sin mayores liderazgos que el exalcalde panista de Morelia, Salvador López Orduña, se manifestaron como exhortos para que la tranquilidad y la Paz, hagan presencia en la entidad.

Vestidos de blanco, con una banda de guerra conformada por menores de edad, los manifestantes arribaron cerca de las 12 del día a la Plaza Melchor Ocampo, y cómo en convocatorias pasadas. El repiqueteo de las campanas de Catedral dejó ver el apoyo moral de la grey católica.

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Ya en la plancha de la Melchor Ocampo, los discursos en contra de las administraciones morenistas no tardaron, se hizo alusión al icónico “abrazos no balazos”, a las experiencias delincuenciales, a la creciente muerte de periodistas, migrantes y desplazados, pero sin mayor eco.