Luego de un operativo que realizó la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático (Semarnacc), se logró desmantelar una huerta ilegal de aguacate en tres predios de la comunidad de San Francisco, en el municipio de Uruapan, en donde por lo menos 60 hectáreas de bosque fueron afectadas.
Ante tal situación, el titular de Semarnacc, Ricardo Luna García, expuso que los operativos continuarán en las próximas semanas, con la finalidad de erradicar la práctica de cambio de uso de suelo que daña además de los bosques, los mantos acuíferos de la entidad y en general al medio ambiente.
Luna García, especificó que la única instancia que tiene permiso para otorgar cambios de uso de suelo es la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturaltes (Semarnat), misma que ha informado que desde hace 20 años no entrega uno de estas licencias, por lo que la mayoría de las nuevas plantaciones de aguacate son ilegales.
“Lo que le pedimos a la gente que compra hectáreas o huertos de aguacate, es que revisen e investiguen el estatus de la tierra que les están vendiendo. Porque no hay nuevos permisos de cambio de uso de suelo y es tirar a la basura su dinero, toda vez que se realizarán operativos que terminen con esta práctica ilegal”, explicó.
En ese sentido, dio a conocer que alrededor de 35 mil hectáreas de sembradíos de aguacate están en esta situación (ilegal), derivado de que no cuentan con un permiso de cambio de uso de suelo correspondiente para plantar especies que no sean de uso puramente forestal y ante ello, la Semarnacc ya planea realizar operativos en zonas donde antes no se veían estas prácticas, como Ciudad Hidalgo, Ocampo, Zacapu, Huiramba e incluso, Morelia.
A pesar de que el funcionario estatal, señaló que a la Semarnacc no le corresponde el tema de las operaciones que se realizan de encontrarse alguna otra actividad ilícita que no tenga que ver con el cambio de uso de suelo, se sabe que en los últimos tres años, se han “reventado” cuatro laboratorios clandestinos. Lugares en los que aparentemente se “cocinaban” sustancias ilícitas que posteriormente eran vendidos a la ciudadanía por presuntos grupos delincuenciales.