Defender la Soberanía Nacional
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En efecto, el presidente López Obrador vive una ofensiva irracional que trata de desestabilizar la gobernabilidad. Eso se entendió cuando revivieron la estrategia punitiva de la guerra sucia; es claro que hay un interés nutrido de hostilidad, conspiración y difamaciones. De ahí la forma inusual al menos no tan notoria con otros gobiernos para amenazar la estabilidad institucional al amparo de los intereses de quienes se oponen a la auténtica democracia emanada del ejecutivo federal.

Al estallar está guerra sucia, muchos intentan aprovechar la coyuntura mediática; lo hacen algunos medios de comunicación y politólogos antagónicos al proyecto de transformación que encabeza el presidente López Obrador. La acción es clara. No necesitamos ser tan suspicaces para descifrar la estrategia golpista. 

Esa similitud pasó con la atmósfera que intentó crear un reportaje sobre el supuesto conflicto de interés en el caso de un hijo del presidente. No obstante, hace tiempo que eso se convirtió en una práctica común; por cualquier medio han tratado de sembrar acciones incorrectas al mandatario, sin embargo, en todos sus intentos han fracasado.

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Y, por sí eso no fuese suficiente, intentan ahora generar una mala percepción en la política bilateral con el vecino país de Estados Unidos. Resulta que, el Senador Ted Cruz, realizó una dura crítica al gobierno mexicano que encabeza Andrés Manuel López Obrador. A pesar de que fue una especie de postura personal, es claro que tiene un trasfondo muy fuerte al cuestionar la política pública de la 4T.

A raíz de eso, el presidente de México emitió su posicionamiento. Así, lo hizo con categoría; contestó con una expresión basada en los antecedentes del senador Republicano para intentar crear un juicio que revela la personalidad de un legislador que, incluso, ha fijado su postura en relación con la política migrante que, por cierto, está totalmente en contra.

Desde esa perspectiva, podemos calificar su postura como un impulso natural de un senador que no precisamente tiene buenas intenciones con nuestro país, sobre todo por la naturaleza de sus comentarios.

Así, México debe fijar sólidamente su posición. No podemos permitir este tipo de injerencias, incluso, eso lo reconocieron algunas voces que salieron en defensa del presidente para que se haga valer el respeto y la soberanía. Esas opiniones se convierten en una voz de solidaridad y respaldo, pero también un llamado a la consideración ante la evidencia.

De hecho, catedráticos hablaron del tema e hicieron hincapié en la importancia de no interferir en los asuntos internos. Además de ser indigno, exhibe los abusos de tratar de sobrepasar por encima de la soberanía. Por esa razón, nos sumamos de nueva cuenta al llamado a respaldar no sólo la democracia de nuestro país, sino a la no intromisión de un gobierno que, además de tener amplio reconocimiento popular, es legítimo.

Así pues, los países deben ser muy cuidadosos porque hay una política internacional de libre determinación. A pesar de que en muchas partes se habló de ello, no debe existir controversia ya que la cooperación abona al mejor desarrollo, dijeron los protagonistas del legislativo en voz de su líder, Ricardo Monreal.

Eso vale la pena reflexionarlo porque, el propio presidente, ha dicho en muchas ocasiones que ningún gobierno extranjero debe inmiscuirse en asuntos que corresponden a los mexicanos. Vivimos en una República democrática con capacidad de tomar decisiones que han servido para tener libertad, y sobre todo desarrollo. Me sumo a las voces de respaldo para defender al país de aquellos que alimentan la polarización.

Desde los que dieron la cátedra como Ricardo Monreal para defender los derechos, hasta millones de mexicanos que no toleramos cualquier factor que intente debilitar la gobernabilidad con estrategias golpistas, nos sumamos al apoyo del presidente López Obrador.