alfonso solorzano
Foto: Cortesía

El 23 de junio pasado una noticia conmocionó al mundo: el referéndum celebrado  en el Reino Unido de la Gran Bretaña  para determinar si el país abandonaba o no la Unión Europea, tuvo como resultado el triunfo del sí.  Sin lugar a dudas el resultado fue toda una sorpresa no solo para la Comunidad Europea, sino también para el propio primer ministro británico, David Cameron, quien ya anunció que se retirará del cargo en octubre.

Lo impactante de este referéndum, ahora conocido como “Brexit”, es que Reino Unido perderá todas las atribuciones y facultades que tiene actualmente como miembro de la Unión Europea, lo cual ya está afectando a los mercados financieros, sin embargo,vale aquí hacer el custionamiento  ¿por qué se dio este resultado? Hay muchos factores que influyeron para que la mayoría de los votantes le diera la espalda a la Unión Europea.

Uno de los factores que incidieron, fue sin duda el voto de los adultos mayores de 35 años quienes apoyaron la salida de la Unión Europea, mientras que los jóvenes estuvieron a favor de la permanencia, no obstante, como ocurre en otros países europeos los jóvenes son minoría frente a los adultos. En este caso la mentalidad de esos adultos los llevó a votar en contra de la comunidad europea, es decir,  los británicos mayores, especialmente los ingleses, siguen añorando la idea de un poderoso imperio que se extiende a través de los cinco continentes y hace lucir la imagen de Gran Bretaña como una nación poderosa y firme, mientras que la juventud británica está educada con la idea de fomentar una integración paneuropea, donde las decisiones sean tomadas por consenso y donde los ciudadanos europeos puedan moverse libremente para comerciar y trabajar en prácticamente toda Europa. Al final fue el elemento nacionalista, de querer ver a Gran Bretaña como el poderoso imperio que alguna vez fue, lo que prevaleció.

Pero no solo fue por cuestión de geopolítica, un segundo elemento que influyo fue la actual crisis económica mundial que está azotando, actualmente Reino Unido es una de las naciones afortunadas que opera bajo un superávit económico, es decir sus finanzas son relativamente buenas y su PIB sigue un crecimiento relativamente lento pero seguro, sin embargo el ver como la crisis económica de Grecia se multiplicó en otros países de la Unión Europea (Portugal, España e Italia), aterró a un cierto sector británico que finalmente decidió apoyar el proteccionismo para salvaguardar su desarrollo económico.

Sin embargo el Brexit no afectará solo a Gran Bretaña, este evento ha sido un duro golpe para todas las políticas pro-globalización, en especial porque esta circunstancia aconteció en una nación ya desarrollada, y eso es lo verdaderamente preocupante. Si bien durante muchos años, la globalización fue blanco de ataques por parte de muchos sectores de países del tercer mundo o en vías de desarrollo, tal como ocurrió en Ghana, Bolivia y Ecuador, no obstante por lo mismo de no ser económicamente “importantes” se tomó a la ligera sus críticas, pero ahora con esta decisión del pueblo británico, las grandes instituciones internacionales como la ONU, el BM y el FMI, además de la propia Unión Europea, deberán reflexionar sobre el efecto que está teniendo la globalización en los distintos sectores poblacionales de las naciones más desarrolladas económicamente. Al parecer, la globalización está dejando más perdedores que ganadores en el planeta y eso sin duda traerá graves consecuencias. Éstas ya están haciéndose notar, vemos cómo hoy en día ideas parecidas al fascismo del siglo XX están comenzando a ganar espacio político en muchos países, tales como EUA con Donald Trump, Francia con Marine Le Penn, Rusia con Vladimir Putin, Brasil con Jair Bolsonaro, entre otros, pero por muy extraño que se escuche, hasta cierto punto esta reacción de apoyo a propuestas fascistas es comprensible, si la globalización no cumple con la promesa de mejorar la calidad de vida de los países que han decido abrir sus economías, entonces no quedará otra opción más que aplicar elementos nacionalistas y proteccionistas a las economías del mundo para que así se fomente aunque sea un desarrollo interno.

Es curioso cómo es que, ideas que se creían abandonadas desde hace mucho tiempo, están resurgiendo y no solo eso, sino que lo hacen de forma democrática, lo cual es aún más increíble, puesto que ello significa que los pueblos democráticos del mundo están conscientes de todo lo que podrá surgir si estas ideas pro-fascistas se terminan por instalar, pero finalmente la democracia es democracia, si los pueblos libres deciden sacrificar sus actuales derechos para traer de vuelta a los viejos nacionalismos, se tendrá que respetar esa decisión.

Claro, aún es muy pronto para precipitarse a esta suposición, muchos factores pueden cambiar de un momento a otro, pero quizá lo más importante y en lo que debe de enfocarse la atención, no es en abordar las actuales circunstancias mundiales como proteccionismo contra globalización, sino también considerar otros sistemas alternativos a estas dos opciones; las regiones del planeta no son iguales unas a las otras, pero tampoco son completamente diferentes, eso es algo que nunca debemos olvidar, el que una idea funcione en un país no es sinónimo que funcionará en otro y viceversa.