Ralph Hauser revela el drama que vivió Vicente Fernández detrás del secuestro de su hijo
Vicente Fernández junto a su hijo. Foto: Agencia México

El secuestro de Vicente Jr, en 1998 fue un episodio desgarrador que dejó huella en la vida de Vicente Fernández.

Ciudad de México.-Ralph Hauser ha compartido el angustiante episodio que vivió Vicente Fernández durante el secuestro de su hijo, Vicente Fernández Jr. Este doloroso suceso dejó una marca imborrable en la familia del “Charro de Huentitán”.

En 1998, Vicente Fernández enfrentó tres meses de incertidumbre mientras se encontraba en la casa de su amigo Ralph en Estados Unidos. Ralph Hauser, hijo del amigo de Vicente, narra cómo vivió el cantante esos días de angustia.

“No teníamos internet en ese tiempo. Vicente estaba en un cuarto de nosotros, sin luz, sin nada. No quería comer, nada. Mi papá tenía que tocar la puerta y dice: ‘compadre, tienes que comer algo, aquí tengo caldo de pollo, por favor’”, relató Ralph.

Al enterarse del secuestro de su hijo, la reacción de Don Chente fue de desesperación. Según Hauser, los secuestradores amenazaron diciendo

: “‘Si no pagas, vamos a cortar pedazos de tu hijo’. Teníamos que ir a la escuela en ese tiempo con silencio. Y nadie de los medios sabía que ahí estaban con nosotros, aquí en Los Ángeles. Y al principio Vicente dijo: ‘dale el dinero, dale inmediatamente, es mi hijo’. Y mi papá dijo: ‘no, si tú lo haces inmediato, te van a secuestrar toda tu familia por dinero’”.

Ralph también reveló que Vicente Fernández sufría en silencio, afligido por no poder tener a su hijo cerca. “Pero en su cuarto, sin luz y todo eso, sí, estaba llorando, pero en silencio. En silencio y dijo esto, mire, lo voy a dar la exclusiva. Dijo, llorando: ‘¿cómo puede ser esto mi público? Mi público, ¿cómo pueden hacer esto a mí?’. Mi papá le dijo: ‘no es tu público, mi compadre, son loquitos. Hay muchos loquitos’”, detalló.

La historia culmina cuando Vicente Fernández, con gran valentía, enfrentó a los secuestradores para rescatar a su hijo. “Y lo hizo. ‘Mire, compadre’, agarrando la pistola y pone en la cara del antisecuestro. Dile: ‘entrégame a mi hijo en tres días’. Era algo muy traumático, muchas emociones. Y enojadísimos nosotros también, y estuvimos contentos, pero enojados también. Pues vino sin sus deditos, nomás tenía treinta y tantos años”, concluyó Ralph Hauser.