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Morelia, Michoacán.- La fascinación por la serie “El Chapo” ocurre luego del auge obtenido por el propio capo, en su realidad y los arrestos y fugas que han conquistado al país. El Chapo ha sido arrestado en tres ocasiones, la primera de ellas fue en 1993, cuando le detuvieron en la Ciudad de Guatemala y le extraditaron a México. Allí le encarcelaron en la prisión de máxima seguridad de Puente Grande, de donde se escapó en 2001. Tras convertirse en el hombre más buscado por el FBI, solo por detrás de Osaba Bin Laden, fue detenido en México en febrero de 2014 y condenado a otra prisión de máxima seguridad de la que también logró escapar un año después. El Chapo logró evadir a las fuerzas de seguridad hasta enero de 2016, año en que fue capturado de nuevo.

Tan sólo este año, el arresto de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, líder del Cartel de Sinaloa y prófugo legendario, fue noticia en todos los medios de comunicación en enero, y como todo en estos tiempos mediáticos, no tardó en ser una gran apuesta para una historia merecedora de llevarse a la pantalla chica.

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Netflix y Univision fueron los ganadores de dicha apuesta, luego de presentar la nueva serie del mundo del narcotráfico; El Chapo, una adaptación dramática traída a la televisión basada en la biografía del capo mexicano Joaquín Guzmán Loera, líder del Cártel de Sinaloa, dando como resultado, una aceptación y repercusión sorprendente en la sociedad.

Parece que se trata de una moda “in crescendo”, ya que cada día hay más alternativas para ver este tipo de shows. Ya no son sólo las cadenas nacionales como Telemundo, Univision y USA Network, sino también Netflix, que retransmite los populares shows y crea series del mundo del narcotráfico como reflejo de la aceptación de la sociedad en estos temas “poco controversiales”, o por lo menos en México.

En cuestión de capítulos, el mundo se interesó profundamente en este personaje luego de que diversas nacionalidades y hasta los jóvenes mostraron su afán en el más reciente arresto y fuga del capo, enganchando a los receptores en la búsqueda y recopilación de información extra sobre él. Tan solo en Google, hoy por hoy existen más de un millón de noticias sobre Guzmán al realizar una simple búsqueda y presionar la tecla “enter”.

 

El Chapo, la tentación del narco bueno

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El Chapo fue creada por Silvana Aguirre Zegarra y producida por Daniel Posada. La primera temporada es dirigida por José Manuel Cravioto y Ernesto Contreras. La serie marca la primera coproducción entre Univision Story House Entertainment y Netflix.

“La fascinación por ‘El Chapo’ ocurre porque el mundo necesita un caudillo. Alguien atrevido, que venga de un pasado humilde y que pueda tener una movilidad social alta. Que de repente es poderoso. Eso ya lo hace atractivo”, dijo el antropólogo Sergio Quesada, coordinador del programa Undergraduate de Antropología y Coordinador de Estudios Latinoamericanos y Caribeños en la Universidad de Georgia.

Posiblemente esa misma admiración hacia personas como “Robin Hood” ha sido generador de una gran cantidad producciones audiovisuales inspiradas en los narcos y en los cárteles de la droga.

La historia retratada en la serie trata de desarrollar una perspectiva más amplia del mundo del narcotráfico y profundizar en cómo este se entrelaza por casi 30 años con la historia de México y los elementos que permiten que surja una figura como la de El Chapo.

“‘Cuando tú vas a sus áreas geográficas, no es una persona que odien, al contrario la gente lo quiere mucho. La gente tiene fascinación por él, porque es una especie de Robin Hood y en un momento dado juega un papel muy importante que el gobierno no hace, en especial en la ayuda a los más pobres”, declaró la psicóloga de la Comisión estatal de los Derechos Humanos, Jennifer Reynoso Diaz, en una entrevista exclusiva para Contramuro.com

A su vez, resaltó que tanto las clases socioeconómicas, como los niveles educativos de los espectadores, no son justificación directa de la aceptación y admiración hacia la serie, ya que se trata de una sola masa vista desde la perspectiva en la que “todos somos seres humanos y tenemos necesidades básicas”.

Dichas necesidades cubren un ciclo de tres casillas, donde la primera podría denominarse “ingesta de alimento”, siendo esta, la etapa en la que el espectador consume las imágenes a través de sus ojos, para después pasar a la admiración y, por ende, aceptación, lo cual da paso final a la imitación.

“Veo muy peligroso el que a través de esta serie se vea tan natural ese estilo de vida, cada vez que vemos noticias de este índole, ya no nos afecta y lo aceptamos como parte de nuestro entorno. Entonces, va a llegar un momento en el que dentro de nuestra realidad y la sociedad en la que vivimos, vamos a empezar a ver mas y mas este comportamiento”, advirtió la psicóloga Jennifer Reynoso Diaz.

Lo cierto es, que la vida de los Narcos está de moda y el mundo está fascinado con sus historias, y a ello se deben los millones de visitas a sitios de Internet que publican noticias sobre Guzmán y los miles de comentarios de apoyo al cabecilla del Cártel de Sinaloa.

“Que se escape y lo hacemos presidente de México”, comentó Ángel López en Facebook antes de darse a conocer lo que sería tercera fuga del capo.

 

Gobierno vs Robin Hood

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Tras publicarse la noticia de su captura, muchas personas en las redes sociales incluso expresaron tristeza y solidaridad hacia él. “Sería bueno si se fugara otra vez para ayudar a su pueblo porque el gobierno en vez de ayudar está robando”, dijo Santos Sosa en la red social de Facebook. “El Chapo es bueno, no es todo lo que el gobierno dice de él. Es trabajador y no le hace daño a la gente. Te queremos fuera Chapo”, agregó Isidro Velasquez, en otro comentario publicado en la página de Facebook de MundoHispánico.

Hoy es más popular escuchar las hazañas de El Chapo, sin embargo, en la década de los 80’s y 90’s era el colombiano Pablo Escobar, cabecilla del Cártel de Medellín, quien aterrorizaba Colombia hasta que fue asesinado por las fuerzas castrenses de dicha nación en 1993. En la vida de Escobar se basa la serie El Patrón del Mal producida por Caracol, la cual tuvo en su momento un gran auge luego de ser transmitida por Telemundo y estar disponible en la plataforma de Netflix.

Da miedo, sí, y ese también es un factor de adicción hacia la serie. Da miedo el México de los años ochenta que retrata El Chapo, siendo este un país que hereda de Colombia la semilla de una guerra y es que hay que resaltar la grandeza de la idea: comenzar la serie con el encuentro entre El Chapo y Pablo Escobar, que no sólo supone el pase de un testigo criminal e histórico, sino también la inclusión de la nueva serie en la tradición de Escobar, el patrón del mal.

Se trata entonces de un México donde compiten los políticos, los traficantes, los militares, los policías y la DEA por enriquecerse ilícitamente, acumulando fosas comunes en su noche del alma oscura y brutal. En ese horizonte hiperviolento y claustrofóbicamente masculino, la producción explora tres décadas de la vida de Guzmán Loera, desde 1985, cuando era un miembro de bajo nivel del cártel de Guadalajara, su ascenso al poder y su última caída.

Jaime Valdez, psicólogo y operativo del nuevo sistema anticorrupción de la PGJE, explica en exclusiva para contramuro.com, este fenómeno de auge y aceptación de un modelo alusivo a la imagen de Robin Hood a través del personaje mostrado en la serie El Chapo, en la cual, el dinero funge como un factor que maneja al gobierno y por eso lo hace atractivo al público.

“Lo comparo con el patrón de Escobar, es importante la comparación por que los patrones de conducta son semejantes. Él, así como El Chapo, también llegó a querer incursionar en la política para manejar al país”, añadió.

Asimismo, comentó que los factores que identifican a la sociedad hoy en día son de índole violento, razón por la cual, las narcoseries se han vuelto tan populares en el país.

“Por eso está teniendo tanto auge, debido a que el gobierno lo ha detenido en dos ocasiones y en dos ocasiones se ha fugado y la gente piensa `el gobierno ya no puede con esto, entonces nosotros nos hacemos cargo’ y es así que ponen en evidencia al gobierno; al fugarse de prisiones de alta seguridad, eso es todo lo que lleva a identificarse con él”, puntualizó Jaime Valdez.

Vista, identificación e imitación, son factores y pasos a seguir, que de acuerdo con especialistas en psicología, han llevado a la cima los números de la audiencia de esta biografía del capo del narcotráfico mexicano Joaquín Guzmán Loera, alias ‘El Chapo”, líder del Cártel de Sinaloa, así como factores de índole político en el que se encuentra la sociedad mexicana en estos tiempos, haciendo que se convierta en una influencia crimínal social, acogida por mera identificación de los espectadores hacia las ideologías del capo.