Hector Tenorio

Estamos en la ante sala de una crisis institucional que determinará la sucesión presidencial. El secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, está en peligro de quedarse fuera de la boleta electoral de 2018. La mesa de negociación que estableció con los docentes nació muerta al ser convocada para no empañar la visita del mandatario Enrique Peña Nieto a Canadá. El gobierno se dio un tiro en el pie al autorizar la represión en Nochixtlán el pasado 19 de junio, dejando un saldo de 11 muertos y más de 100 heridos, según un primer recuento de los afectados, (ahora han tenido que iniciar el diálogo y el Senado de la República instaló formalmente la Comisión de Seguimiento a los hechos). Las autoridades creyeron que el uso de la fuerza disuadiría a los opositores y sólo radicalizaron las protestas que exigen derogar la reforma educativa, además de buscar que se desplome la administración a quien se le está dificultado romper los intermitentes bloqueos carreteros del magisterio en Chiapas y Oaxaca, sin que todo el país termine incendiándose. El conflicto ha ido extendiéndose en Nuevo León, Michoacán, Guerrero, la Ciudad de México, entre otras entidades. La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), ha demostrado una gran capacidad de amotinarse a la menor provocación pero no sabe qué hacer después.

Resulta lamentable la utilización de los niños en los discursos, del lado oficial se les coloca como víctimas de los intereses mezquinos y algunos disidentes los han involucrado en sus marchas. En realidad a ningún grupo le interesa la educación. Sin embargo, el malestar social carece de rostro, todavía no aparece quien pueda aglutinar el descontento que intenta generar una ruptura con el statu quo. No se descarta que liderazgo surja del magisterio aunque es poco probable, ya que es un sector desgastado y desprestigiado. A pesar de ésto la dinámica de confrontación ira escalonando, en Oaxaca el 4 de julio integrantes de la Sección 22 de la CNTE tomó plazas comerciales. Tales acciones están alejadas de la estrategia de Andrés Manuel López Obrador, que plantea los cambios de manera pacífica y democrática. Lo que le convendría al tabasqueño, es que las elecciones fueran en este momento: las ganaría. No obstante, en dos años el escenario político habrá cambiado.

De la tres reformas estructurales: Energética, hacendaria y educativa, esta última es la menos necesaria del proyecto neoliberal. Los tecnócratas debieron calcular que no era posible que colaboraran los maestros afectados en sus derechos laborales y sus prebendas políticas. El proyecto del gobierno federal corre el riesgo de irse a pique, el crecimiento económico que prometieron nunca llegó; la gente se siente engañada y dispuesta a cobrar la factura. La baja popularidad de la administración indica que deberán actuar de manera cautelosa. Hace cuatro meses el 56% de población reprobaba la gestión del huésped de Los Pinos y ahora ese indicador aumentó a 63%. Paralelamente, el segmento que avala el trabajo del Ejecutivo pasó de 32 puntos a 29 puntos.

Queda claro que el PRI va la deriva después de los resultados electorales del 5 de junio, el secretario de Desarrollo Social José Antonio Meade Kuribreña podría convertirse en candidato presidencial, ya que cuenta con el respaldo de Luis Videgaray Caso, secretario de Hacienda y Crédito Público, además deAurelio Nuño Mayer, titular de la Secretaria de Educación Pública. Quienes se oponen a esto son los ex operadores de Peña Nieto, el ex gobernador de Coahuila Humberto Moreira y ex presidente del PRI Manlio Fabio Beltrones Rivera que no descarta encabezar la rebelión contra el dedazo presidencial.