foto: Cortesía

Les debo confesar que estuve muy tentada a escribir acerca del movimiento de los normalistas, ese que nos trajo de cabeza la semana pasada, en el que todos nos enojamos, nos re- enojamos y terminamos soltando un gran suspiro tras el desenlace de los hechos. Todo pareció una mala película o una broma de muy mal gusto para todos los michoacanos, donde los grupos de manifestantes y el gobierno juegan un papel surrealista. Desgraciadamente, no es una película ni una broma, es una realidad, nuestra realidad. Al final, decidí que este no sería el tema principal de mi columna de esta semana, decidí hablar de algo más positivo.

Hace unas semanas compartí en este espacio un proyecto en el que estaba por participar, que estaba organizando el Tec de Monterrey, llamado Reto Emprendedor con sentido humano. La actividad principal de este evento, se llevó a cabo la semana pasada y les quiero compartir mi experiencia. La actividad consistió en poner en marcha un proyecto de emprendimiento durante una semana, mismo que semanas anteriores había sido diseñado y planeado. Con un capital semilla de $2,000 pesos, los cerca de 20 equipos interdisciplinarios, conformados por alumnos de primer semestre de profesional, pusieron en marcha su idea de negocio.

Mi papel dentro de esta actividad fue ser mentora de uno de estos equipos. Me asignaron con unos chicos que elaboraron y comercializaron la línea de cremas corporales y faciales Avo- Shell que tenían como componentes principales el aceite de aguacate y concha nácar; este proyecto no quedó dentro de los tres primeros lugares, sin embargo, fue una experiencia muy interesante. Mi tarea como mentora del proyecto, consistió en asesorar a los integrantes del equipo principalmente en temas de desarrollo de producto, presentación y comercialización del mismo. Por mi parte, aprendí y disfruté bastante esos días, espero que mi aportación haya sido de utilidad para los alumnos que asesoré.

Durante la actividad de cierre de la semana, se presentaron la totalidad de los proyectos de emprendimiento que se trabajaron en el campus y fueron bastante variados: encontramos joyería, videojuegos, productos motivacionales, bebidas y alimentos, artículos de decoración, ropa y accesorios, eventos artísticos y sociales e incluso un proyecto animalista. Les comparto los productos/ servicios que ofertaron los tres proyectos ganadores: clase de cocina para amigos y parejas con una cocinera tradicional, diseño y venta de blazers con bordados artesanales, y venta de agua de coco embotellada. Los primeros dos proyectos, participarán en el evento INCMty, el festival de emprendimiento, innovación e inversión más grande de América Latina.

Todos los mentores de los diferentes proyectos son Exatec, al final del evento de cierre tuve la oportunidad de intercambiar experiencias con algunos de ellos y coincidimos en que hubiera sido interesante que este tipo de proyectos se hubieran llevado a cabo en nuestro tiempo de estudiantes. Experiencias de este tipo, son aceleradores de aprendizaje, el hacer te enfrenta a más retos que el escuchar una exposición de tal o cuál tema. Es bueno que los métodos de aprendizaje se renueven y permitan a los universitarios vivir una experiencia más cercana a la realidad con la que se encontrarán al egresar.

El estar de vuelta en mi alma máter me puso algo melancólica, además de hacerme consciente de que sí han pasado varios años desde que egresé de mi carrera, y algunos más desde que la empecé, el caminar de nuevo por los pasillos, ir a la biblioteca, asistir a eventos al auditorio, y tener pendientes que realizar en el campus, me hizo reencontrarme con esos sueños y metas que tenía cuando era una estudiante. En lo personal, fue una manera de inyectarme de ánimo de nuevo, de conectar de nuevo con eso que no he podido lograr pero que realmente deseo. Así que: ¡gracias Tec y felicidades chicos por tan buen trabajo!


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