Alcaldes y diputados locales de Morena, “cooptados por gobernadores”: Monreal
Foto: Cortesía

Marcelo Ebrard logró camuflar el sentimiento que le produjeron las palabras de la panista Alejandra Noemí Reynoso cuando lo llamó “vicepresidente” o “presidente del exterior”. Si lo halagó, lo que es probable, supo disimularlo.

La senadora del PAN, al posicionar a su grupo parlamentario en la glosa de política exterior, aludía al hecho de que el canciller está convertido en el segundo político más poderoso del país.

Realiza múltiples funciones, dentro y fuera del país, por  encargo de Andrés Manuel López Obrador.

Ante la decisión del Presidente de no hacer viajes internacionales, Marcelo acude a todas las cumbres de jefes de Estado en representación de México. Se reunió incluso con Donald Trump en la Cumbre del G-7 en Japón, cosa que López Obrador no ha hecho.

Ebrard, como bien lo apuntó en su momento el respetado columnista Raymundo Riva Palacio, tiene atribuciones sobre varias secretarías de Estado, además de Relaciones Exteriores. Encabeza la Comisión Intersecretarial en Materia Migratoria. Desplazó a Olga Sánchez Cordero, titular de la Segob, en el tema migratorio.

La Comisión tiene injerencia en los movimientos de la Guardia Nacional encargados de contener los flujos mayoritariamente de centroamericanos en las fronteras norte y sur. Está habilitada para supervisar la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, encargada de emplear provisionalmente a los migrantes y a la de Bienestar.

Marcelo evitó, a un precio muy alto, la crisis de los aranceles creada por Trump para presionar en el tema de los migrantes. Al responder en tribuna a la senadora del PAN, Marcelo dijo en tono que quería ser modesto: “No, en México no hay vicepresidentes. Soy secretario de Relaciones Exteriores. Ahí están las facultades establecidas en la Ley. No aspiro a nada más que cumplir con mi trabajo.

“¿El señor Presidente me ha delegado esa representación? Bueno, es mi función legal. ¿Imagínese a un secretario de Relaciones Exteriores que no representara a México en todos los foros?

“Tenemos mucho Presidente y no necesitamos un vicepresidente” (aplausos).

El debate en el Senado fue civilizado, constructivo, de reconocimientos. Pero también de críticas fundamentadas, sobre todo por el alineamiento a las exigencias de Trump.
Marcelo
salió bien librado. En la jerga taurina diríamos que se llevó las orejas y el rabo.

Luego de concluida su comparecencia tardó más de 20 minutos en salir del salón de sesiones. Senadores, incluso de oposición, querían saludarlo, retratarse con él.

Al final, posó sonriente para las cámaras con otro de los presidenciables para el 2024: Ricardo Monreal. Hoy por hoy, son los dos morenos que se ven.

 *El reto epistolar de Rosario Robles al fiscal Gertz Manero: “Si la Fiscalía a su cargo demuestra que la dirección de la supuesta fake/licencia existe, y ahí he vivido, yo me declaro culpable.

“Pero si no, le pido que actúe con todo el peso de la Ley contra quien ha actuado con dolo, también algo muy sencillo: que se procure justicia, no venganza por consigna”.

La falsa licencia, entregada por el Ministerio Público al juez-sobrino de la diputada Dolores Padierna, esposa del llamado “señor de las ligas”, sirvió de pretexto para meterla a la cárcel  por un delito que no amerita prisión preventiva: ejercicio indebido de la función pública.
 

 * Por más esfuerzos que hizo Mario Delgado no hubo modo de dar marcha atrás en la reducción de la dieta de los senadores que aprobaron los diputados, vía una fe de erratas en el Presupuesto 2020.

La propuesta de enmendar el Presupuesto se topó con la férrea resistencia del morenista Pablo Gómez y los petistas Gerardo Fernández Noroña y Reginaldo Sandoval.

La dieta actual de los senadores es de 105 mil pesos. Para el año entrante quedaría en 74 mil 548 pesos. Es lo que hoy ganan los diputados.

Le pedimos su opinión al senador Ricardo Monreal, coordinador de la Jucopo en la Cámara alta. “Hay una disposición en el Presupuesto que señala que las percepciones serán igual a las del 2019”. ¿No le bajarán la dieta a los Senadores?, preguntamos. “No”, respondió.