Foto: Javier Paredes

Es lamentable la situación en la que viven la gran mayoría de los municipios michoacanos, falta de empleo, falta de servicios médicos, nula inversión, inseguridad y desde luego escasa atención de las autoridades municipales.

A diario existe un peregrinar de los presidentes municipales en diversas instituciones estatales y federales, siempre en busca de recursos que les permitan según ellos “trabajar”. Pero la realidad es que la gran mayoría de los problemas que aquejan a los municipios se encuentra en que sus autoridades, “sus representantes” continúan haciendo política de valemadrismo, disculpen las palabras, pero a los presidentes, síndicos, regidores y personal de “primer nivel” les vale madre la situación económica de sus municipios y desde luego la de los ciudadanos.

Luego de que se ventilara en un medio estatal los altos salarios que tienen los alcaldes y funcionarios de primer nivel de al menos 56 ayuntamientos michoacanos, donde se refleja que sus percepciones son mayores que lo que percibe el gobernador del estado y en algunos casos hasta el presidente de la república, me atrevo a decir que es una verdadera vergüenza que si existan recursos económicos para el pago de nóminas, pero no para atender los principales problemas municipales.

Por más intentos que hagan las autoridades estatales para componer el problema financiero de Michoacán, la realidad es que será bastante complicado lograrlo por el desorden financiero que existe en los municipios, por ello resulta urgente que se cuente con un catálogo de remuneraciones para las autoridades municipales, pero además que reciban remuneración tomando en consideración las generalidades de su municipio, ya no se puede permitir que gocen de privilegios a costa del presupuesto público, todo aquel que quiera amasar una cuantiosa fortuna, que no lo haga al amparo del poder público.

Pero es más lamentable que hoy las autoridades municipales busquen la manera de obtener más recursos públicos sin antes bajarse el sueldo y aplicar planes de austeridad en la administración pública municipal, lamentablemente entre más recursos tienen, mayores sueldos quieren ganar. Qué la política se desarrolle por vocación de servicio, con remuneraciones de acuerdo a la labor que se realiza, pero sobre todo de acuerdo a las posibilidades económicas, ya no más “servidores públicos” que vean a la administración pública como un negocio.

Como lo externe ayer, en mi calidad de ciudadano, exijo que las autoridades municipales de todos los partidos políticos sin excepción se bajen los sueldos, pero que además se aprieten el cinturón como a diario lo hacemos las familias michoacanas.


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