Foto: Contramuro

Por: Héctor Tenorio

En el ambiente hay una pesadumbre similar a la que suele percibirse en un funeral. El Partido de la Revolución Democrática (PRD), no ha podido digerir la derrota electoral del pasado 1 de julio, los dirigentes intentan desesperadamente superar está transición que amenaza con liquidarlos. Aunque, comprenden que salvarlo es casi imposible.

El pasado fin de semana, la escasa militancia que todavía sobrevive se dio cita en la Alberca Olímpica, sede del Décimo Quinto Congreso Nacional. Momentos antes de entrar se pusieron las camisas con el logo del partido; al parecer se avergüenzan o quieren pasar desapercibidos. Una vez adentro, se agruparon en sus respectivas corrientes, procurando no mezclarse entre ellos, hay desconfianza.

Los consejeros se forman horas para registrarse, mientras los líderes de las cúpulas llegan a acuerdos en otro punto geográfico; los usos y costumbres que terminaron dañando al PRD no han cambiado. En los pasillos se ve al expresidente nacional perredista Carlos Navarrete, está envejecido, trata de aparentar confianza de que su partido saldrá adelante del bache en el que se encuentra.

Sin embargo, los conatos de bronca no tardan en aparecer, el Bloque Alternativo, integrado por todas las corrientes se enfrenta a Nueva Izquierda (NI), Alternativa Democrática Nacional (ADN), Los Galileos, Foro Nuevo Sol. (FNS) y Vanguardia Progresista (VP). La toma de tribuna, sillazos, forcejeos y gritos formaron parte de la decoración.

A pesar de la resistencia votan, aprueban con una mayoría simple reducir los estatutos del PRD de 333 artículos a 142. Los inconformes amenazaron con acudir al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), con el objetivo de invalidar las modificaciones que se realizaron.

Así quedó disuelto el Comité Nacional, en su lugar quedará la Dirección Nacional Extraordinaria, compuesta por cinco personas: Karen Quiroga Anguiano de Vanguardia Progresista, Fernando Belaunzarán de Galileos, Ángel Ávila Romero de Nueva Izquierda, Adriana Díaz de Alternativa Democrática Nacional y Esthepany Santiago de Foro Nuevo Sol. Iniciarán sus trabajos el próximo 10 de diciembre, entre sus funciones podrán disolver los comités estatales de las 10 entidades en las que no lograron el 3% de la votación para mantener el registro.

Los perredistas acordaron convocar al Congreso Nacional del 2 al 3 de marzo del 2019, reformarán su ideario con la intención de convertir al PRD en un partido socialdemócrata. Además, el 28 de abril se llevará a cabo la elección interna que permitirá renovar los órganos de dirección, el proceso lo organizará el Instituto Nacional Electoral (INE).

De igual forma se aprobó la disolución de las corrientes que han controlado la vida interna del PRD. Si en verdad, se quiere concretar la democratización, es necesario renunciar a la cultura priistas que prevalece ahí. Este mal aqueja a los demás partidos politicos incluido el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

Algunos perredistas consideraron que este esfuerzo resultará inútil, son patadas de ahogado. Aseguraron que en el mes de enero del 2019 la mayoría de los militantes se integraran a las filas de Morena.

Otros, especulan sobre la posibilidad de que la próxima administración federal realizará una cacería de brujas en contra del PRD. Si llegara a darse tal situación los más afectados serían los Chuchos y los Galileos que abiertamente continúan criticando a López Obrador.

Quizá estemos presenciado el final de una etapa de la historia de la izquierda. El sol azteca dio lo que tenía que dar y se desmembró por los abusos que cometieron sus líderes y por la pasividad de una militancia que no pudo o no quiso tomar el control de lo que construyeron con su sudor y sangre.