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Descomposición social

Adolescentes en Iztapalapa juegan a ser sicarios y matan a una madre y a su hija. Sin conocerse aún los por menores o las razones que llevaron a esta lamentable situación, las investigaciones continúan.

Entre 2009 y 2014, el porcentaje de embarazos no planeados en México aumentó, sobretodo en la etapa de la adolescencia y la juventud temprana, dijo la académica Fátima Juárez, investigadora del Colegio de México, a manera de comentarios sobre el también reciente Reporto sobre la situación demográfica de México 2015.

Decidí comenzar compartiendo con ustedes, dos de los titulares más crudos de esta semana y que en lo personal, generan no más que escalofríos y un mar de dudas: ¿Y los padres de estas personas? ¿Cómo vivirán en su casa? ¿Irán a la escuela? ¿Qué tipo de amistades tienen? ¿Qué calidad de vida podrán ofrecerle a esos bebitos? ¿Qué, cómo, cuándo, dónde? Pero sobretodo me vienen a la mente preguntar muchos porqués.

Actualmente, la sociedad mexicana vive inevitablemente en la crisis. Crisis económica con la continua devaluación del peso y las condiciones de trabajo cada día más mal pagadas; crisis de valores en la familia debido a las nuevas formas y rutinas de los hogares mexicanos; crisis educativa con tanto paro, con tanto delincuente como maestro y hasta reprobado, con tan poca exigencia educativa, con tan malos resultados; crisis gubernamental con tantas mentiras, tanto cinismo, corrupción y tanta impunidad.

En lo personal, ninguna de esas situaciones me parece más preocupante que la segunda: la crisis de las familias mexicanas. Y es que, debemos entender que los nuevos modelos de familias uniparentales, homoparentales y demás que podamos referir no son malos por sí mismos. Lo que debemos entender es que las condiciones de vida para todos los mexicanos se han complejizado y resultado de ese condicionamiento ha sido el absoluto descuido de valores y rutinas que antes se acostumbraban, y ahora no. No encuentro otra razón para explicar el primero de los titulares que ya leímos en líneas pasadas.

Y quiero aclarar que la culpa no es de nadie. Es de toda la sociedad que hemos permitido que el consumo nos absorba y que la vida sea cada vez más impuesta por los poderes fácticos (las grandes empresas, las oligarquías), que ya no alcance con lo que uno sólo aporta a casa, o más aún que siendo solamente una persona quien mantiene un hogar, tenga que tener dos o más trabajos para llevar con toda dignidad y justicia el pan hasta sus mesas. Esta crisis es la consecución de una serie de irresponsabilidades compartidas por todos, porque hemos callado y porque como sociedad no nos hemos sabido organizar en contra de esa corriente moderna de vida arrasatodo, que cree y ha hecho creer que lo único que importa en esta vida es lo que cuesta, lo que vale dinero. Y no es así.

De tal manera, alguien está haciendo falta en la vida de muchos jóvenes de México. Y precisamente son los padres de familia, en particular la madre que con esa naturaleza tan divina y tan virginal debe acompañar a los hijos por la vida, guiando siempre su camino ante las duras condiciones que este mundo nos plantea a todos por igual. Desafortunadamente para muchos cabezas de familia, no hay de otra y han de sacrificar un rato con sus hijos para tener una mejor calidad de vida, un techo más colorido y más digno, una comida más generosa todos los días.Ante esto, la pregunta sería ¿valdrá la pena tanto esfuerzo, tanto sacrificio?, y la respuesta se hace evidente ante situaciones tan lamentables como esta que coartan la vida y el futuro de inocentes, como esa chica a la que le arrebataron bruscamente la vida por un “juego de sicarios”, precisamente cuando compartía un momento con su madre.

Mexicanos, es momento de la reflexión. Mucho la hemos estado anunciando por doquier. Los tiempos que vivimos son únicos y son cruciales para determinar la felicidad o infelicidad que vivirán las generaciones venideras. No podemos seguir pretendiendo que solamente la escuela, las redes sociales, la aberrante promiscuidad televisiva y los elementos de distracción que tienen a la mano los niños y jóvenes hoy en día son los únicos que educarán y guiarán la vida de ellos. Porque de seguir así, la realidad será aún más cruda y quizás sea tarde de despertar.

Papás, mamás, hijos e hijas: lamento informar que como sociedad, nos hemos descompuesto. La solución: educar y vivir con valores humanos, base fundamental para la sana convivencia humana hoy y siempre.

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Estamos pendientes.