Foto: Internet/Microsiervos

El módulo Schiaparelli, de la misión ExoMars, un trabajo conjunto entre la Agencia Espacial Europea (ESA) y la rusa Roscosmos, entrará este miércoles en la atmósfera de Marte y descenderá sobre su superficie, en una maniobra muy compleja que pondrá a prueba la misión y que significa uno de los puntos de mayor preocupación para los científicos a cargo.

El objetivo de Schiaparelli, que se separó el domingo del orbitador Gas Trace Orbiter a una distancia de 900.000 kilómetros del planeta rojo, será descifrar si hay o hubo vida de tipo bacteriano en Marte, que en su origen tenía condiciones similares a las de la Tierra.

“Al estudiar la composición de la superficie de los planetas rocosos, podemos tener una idea más clara de los procesos geológicos que allí ocurren. Dichos procesos están íntimamente ligados con la actividad interna del astro (actividad volcánica, por ejemplo) y, en caso de tener atmósfera, la interacción de esta con la superficie también es clave para entender la evolución del planeta en el tiempo”, explica el geólogo planetario David Tovar.

El experto señala que, en el caso de Marte, estudiar la composición de su superficie proveerá información muy importante en los procesos lacustres (relacionados con lagos), volcánicos y eólicos (relacionados con la erosión del viento), los cuales permitirán ganar conocimiento sobre la evolución temporal y espacial de Marte.

Entre sus metas, esta misión también tiene la función de demostrar la efectividad de las nuevas tecnologías europeas para el descenso y el aterrizaje de futuras expediciones, específicamente en lo que se refiere al control de la orientación y la velocidad en el contacto con la superficie.

Desde el domingo, Schiaparelli se dirige a Marte en modo de hibernación para reducir su consumo de electricidad, y será activado pocas horas antes de entrar en la atmósfera, a una altitud de 121 kilómetros y una velocidad de unos 21.000 kilómetros por hora (km/h); luego se irá frenando con un escudo térmico aerodinámico. La entrada en la atmósfera está prevista para las 14:42 horas GMT, según la ESA.

De acuerdo con la ESA, Schiaparelli, llamado así en honor del astrónomo italiano, probará durante el ingreso un escudo térmico que es más grueso por si la entrada se produce en medio de una tormenta de arena, un paracaídas supersónico de 12 metros de diámetro y sistemas de guiado, navegación y control, así como una estructura deformable para la toma de tierra, según la ESA.

La fase de ciencia del orbitador durará un año marciano, que equivale a unos 687 días terrestres, y esta es solo la primera parte de la misión ExoMars, que tendrá su segundo capítulo cuando, en el 2021, la ESA envíe otra sonda que lleve un rover a la superficie marciana.


A la espera de las primeras fotografías del aterrizaje

Bautizada en honor del astrónomo italiano Giovanni Schiaparelli (1835-1910), esta nave lleva una pequeña carga de instrumentos científicos que, por primera vez, permitirán analizar los campos eléctricos que generan las partículas de polvo al moverse, según publica el periódico español ‘El País’ citando a Tanya Lim, científica de ExoMars 2016.

Se espera que las primeras imágenes de Schiaparelli desde el Meridiani Planum, una llanura cercana al ecuador de Marte, donde aterrizará, lleguen el jueves, agregó la científica al diario.

También existe la posibilidad de que el ‘rover’ Opportunity, de la Nasa, que está explorando esta zona de Marte desde el 2004, pueda ver la sonda europea en su descenso y fotografiarla.


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