El ex gobernador y 4 veces alcalde de Morelia, Fausto Vallejo Figueroa, fue considerado como uno de los más emblemáticos políticos del priismo michoacano, sin embargo, las acusaciones e investigaciones de las auditorias estatal y federal en torno al desvío de recursos, presuntos actos de corrupción, el apoyo al perredista Silvano Aureoles Conejo para obtener la jefatura del Ejecutivo de la entidad y los nexos de su hijo Rodrigo Vallejo Mora con el ex líder del cartel de los Caballeros Templarios, Servando Gómez Martínez, alias “La Tuta”, son algunos de los motivos por los que el tricolor ahora valora expulsar al político de esta institución.
Nacido en Morelia el 17 de mayo de 1949, Vallejo Figueroa es abogado de formación académica, egresado de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), y se desempeñó como presidente del Comité Directivo Estatal del PRI en Michoacán, alcalde en 4 ocasiones de Morelia y, finalmente, gobernador del estado, cargo al que solicitó licencia definitiva por problemas de salud, a un año y medio de concluir su administración.
A meses de concluir su última administración como presidente municipal de Morelia, Fausto Vallejo solicitó licencia al cargo, para ser escogido por el tricolor, como candidato de unidad a la gubernatura de Michoacán durante el proceso electoral del 2011. El 20 de noviembre de aquel año, recibió la constancia como vencedor del proceso, de manos de los consejeros del Instituto Electoral de Michoacán (IEM), y posteriormente, el 15 de febrero del 2012 rindió protesta como mandatario estatal.
A partir de ahí, el prestigio del que gozaba como político priista, se fue en declive, pues el primer desacierto de su gobierno fue el ingreso a las casas del estudiante subsidiadas por la UMSNH el 28 de abril del 2012, luego de manifestaciones que realizaban los moradores de los albergues nicolaitas. La oposición criticó la acción como una violación a la autonomía universitaria, en tanto que la autoridad estatal, justificó el ingreso de 200 elementos para aprehender a los moradores con lujo de violencia, luego de que éstos incendiaron una patrulla.
El segundo desacierto de la administración de Fausto Vallejo, se presentó luego de que la parte fanática de la Nueva Jerusalén incendió dos escuelas en la localidad el 11 de julio de ese año. La parte disidente exigía educación laica, lo que ocasionó enfrentamientos entre ambas partes de pobladores de la demarcación ubicada en el municipio de Turicato, ante lo cual, la intervención de la autoridad estatal llegó, sin lograr parar el conflicto, sino hasta días después de iniciado, con la detención de una persona, a la que posteriormente se le liberó, a pesar de los videos que documentaban la responsabilidad de quienes cometieron la acción ilícita.
Posteriormente, para el 15 de octubre del mismo año, se presentó el tercer desacierto del mandato de Vallejo Figueroa, pues tras manifestaciones de normalistas, elementos de seguridad ingresaron a las escuelas normales de Tiripetío, Cherán y Arteaga, donde se logró la aprehensión de 49 estudiantes, a quienes posteriormente la autoridad dejó en libertad, tras varias manifestaciones en las que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) apoyó a los inconformes, y derivado de la falta de pruebas para imputarles delitos.
Durante dicho episodio, al día siguiente del ingreso de las fuerzas de seguridad a las normales, los estudiantes apoyados de los agremiados de la CNTE, bloquearon salidas de la ciudad, situación que motivó un operativo para liberar las rúas, a partir del cual se generaron enfrentamientos entre profesores y efectivos, de los cuales, resultaron detenidos los exlíderes del ala democrática del sindicato de maestros, Jorge Cázares Torres y su sucesor al cargo, Juan José Ortega Madrigal, por un periodo de tres horas.
Al siguiente año, la inseguridad alcanzó el hartazgo social, principalmente en la región de tierra caliente, donde a tres días de que Vallejo Figueroa cumpliera su primer año de gobierno, es decir, un 12 de febrero del 2013, surgieron grupos de civiles armados, autodenominados como guardias comunitarios o autodefensas, principalmente en los municipios de Buenavista Tomatlán y Tepalcatepec, a quienes la autoridad estatal acusó de encontrarse infiltrados y financiados por el Cartel Jalisco Nueva Generación, pues la demanda de los pobladores integrantes de este movimiento, era enfrentar al cartel de Los Caballeros Templarios.
Bloqueos carreteros, falta de gasolina y productos alimenticios e incomunicación en general, azotaron a la región, mientras el Ejecutivo de Michoacán buscó acercarse a los inconformes para detener el movimiento, que poco a poco se fue extendiendo a otros municipios del estado, marcados por la zozobra de la extorsión, el cobro de piso, el secuestro y el homicidio a manos de los Templarios.
Durante el momento en que el conflicto permanecía aún álgido, la salud física mermada de Vallejo Figueroa lo orillo a solicitar licencia al cargo por un periodo de tres meses, un 18 de abril, la cual se extendió hasta el 22 de octubre, fecha en que retornó, en tanto el Legislativo de Michoacán nombró a su secretario de Gobierno, Jesús Reyna García, como mandatario estatal interino.
Durante esos 6 meses que Reyna García encabezó la administración estatal, el problema del surgimiento y avance de las autodefensas aumentó, así como las acusaciones de los líderes de este movimiento armado, respecto a los nexos de Rodrigo Vallejo Mora y el propio gobernador interino con Los Caballeros Templarios.
Sin aviso, Fausto Vallejo retornó el 22 de octubre del 2013 para encabezar la administración pública estatal, y a la par de que él entregaba su documentación de retorno al cargo a la presidencia de la Mesa Directiva del Congreso del Estado, Reyna García anunciaba su renuncia al cargo como secretario de Gobierno.
La acción provocó la especulación entre los pasillos del Palacio de Gobierno, el Congreso del Estado e incluso los propios medios de comunicación, el rumor radicaba en que Vallejo Figueroa se retiraría del cargo para ceder el mandato a Jesús Reyna, sin embargo, el creciente problema con el avance de las autodefensas y las crecientes acusaciones contra el hijo del jefe del Ejecutivo, supuestamente lo habrían motivado a retornar al cargo.
Entre diciembre del 2013 y enero del 2014, el enfrentamiento entre autodefensas e integrantes de la delincuencia organizada se agudizó, a tal grado que Vallejo Figueroa solicitó el apoyo al gobierno federal, y fue el 13 de enero del 2014 que el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong signó con el mandatario estatal el Acuerdo para la Seguridad Federal de Michoacán. La tarde noche de ese mismo día, elementos de la policía federal y el Ejército se enfrentaron a autodefensas de Antúnez. El desencuentro provocó la muerte de civiles armados, quienes radicalizaron las acciones, lo que motivó al gobierno de la república a nombrar a Alfredo Castillo Cervante, como comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán.
El 15 de enero de ese año, Castillo Cervantes fue presentado ante los medios de comunicación como el representante del gobierno federal en Michoacán, y sería éste el encargado de erradicar la inseguridad y detener el movimiento de autodefensas, sin embargo, un Vallejo Figueroa mermado físicamente lo orillo a otorgarle al representante del gobierno de la república, el poder fáctico del gobierno, a tal grado que nombró a Carlos Hugo Castellanos Becerra como secretario de Seguridad Pública y a José Martín Godoy Castro, como procurador general de Justicia de la entidad.
Los legisladores locales cuestionaron el cargo que ostentaba Castillo Cervantes, además de criticar la acción como una pérdida de la soberanía de la entidad, mientras este, inició las investigaciones, a partir de las cuales, en las primeras acciones logró detener el avance de las autodefensas, aprehender y abatir a cabecillas del cartel de Los Caballeros Templarios e incluso apresar a varios expresidentes municipales, directores de seguridad pública de los municipios e incluso a Jesús Reyna García -quien retornó a su cargo como secretario de Gobierno-, por su nexos con el grupo criminal señalado.
Vallejo Figueroa aparecía públicamente en cada visita que los funcionarios federales realizaban al estado, pues a partir de 4 de febrero del 2014, el presidente Enrique Peña Nieto, anunció la aplicación del Plan Michoacán el cual contenía 250 acciones que emprendería el Ejecutivo federal, y en el que comprometió conste afluencia de los titulares de su gabinete para rescatar al estado de su crisis.
A pesar de que la figura mediática continuaba siendo Vallejo Figueroa, el comisionado para la Seguridad fue el encargado de tomar las decisiones de mayor relevancia, principalmente en materia de seguridad, y fue así como el 4 de abril, fue aprehendido Jesús Reyna por sus nexos con La Tuta y los Templarios.
A ello siguió la detención de alcaldes como el de Lázaro Cárdenas, Aguililla, Huetamo, Aquila, Pátzcuaro, entre otros, así como del líder transportista, José Trinidad Martínez Pasalagua.
Previo a ello, los elementos de seguridad federales, el Ejército y la Marina, aumentaron su presencia en el estado, a través de lo cual se logró la captura de los principales líderes templarios como Dionisio Loya Plancarte, El Tío, así como el abatimiento de Nazario Moreno González, El Chayo y Enrique Plancarte Solís, El Kike Plancarte.
A la serie de aprehensiones lograda en pocos meses, se sumaron las detenciones de ex funcionarios de la administración que encabezó Leonel Godoy Rangel, como lo fueron Desiderio Camacho, ex secretario de Comunicaciones y Obras Públicas y Mirella Guzmán, ex secretaria de Finanzas.
Otro episodio más de sus malas decisiones en su gobierno, fue el enfrentamiento verbal al que se expuso el 1 de mayo, pues mientras acompañaba un acto protocolario conmemorativo al Día del Trabajo, un grupo de integrantes del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Poder Ejecutivo (STASPE), se manifestó en su presencia, y ante un insulto quiso retornar a confrontar al agremiado, situación que calmó un periodista un guarura del mandatario.
La merma en la salud de Fausto Vallejo lo orilló a que el 18 de junio anunciara su ausencia definitiva al cargo como gobernador del estado y con ello, los legisladores locales nombraron al ex rector de la Universidad Michoacana, Salvador Jara Guerrero como gobernador sustituto.
Sin embargo, a los pocos días de que Vallejo Figueroa abandonó el cargo, se publicó un video en el que su hijo, Rodrigo Vallejo Mora apareció acompañado de La Tuta, a este video, le acompañaron dos más presentados en abril del siguiente año.
El hijo del ex gobernador enfrentó un proceso penal que logró librar gracias a una fianza de 7 mil pesos, aunque la liberación se llevó al plano de especulación, pues rumoró que Vallejo Figueroa habría negociado su salida del mandato, a cambio de la libertad de su vástago.
Ya fuera del cargo, desde que inició la administración que encabezó Salvador Jara Guerrero, se denunciaron desvíos de recursos e irregularidades del gobierno de Vallejo Figueroa que actualmente lo tienen contra la pared, pues fuentes interna del PRI, han revelado que el exalcalde de Morelia será expulsado del tricolor.
Este viernes 28 de octubre, el propio presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, no descartó la posibilidad de que Fausto Vallejo sea expulsado del partido, dadas las acusaciones de corrupción, desvío de recursos y traición al tricolor en la pasada elección estatal, en la que apoyó al perredista Silvano Aureoles Conejo, para llegar al gobierno de Michoacán.
En ese sentido, el 17 de junio del 2015 la extinta La Jornada Michoacán publicó un audio en el que Fausto Vallejo expresa, “yo creo que en su momento un acercamiento con Silvano va a ser muy importante, porque es importante que conozca quiénes son las gentes que le van a ayudar a ganar”.
Por si fuera poco, en las últimas declaraciones públicas, Vallejo Figueroa ha criticado la estrategia implementada por el gobierno federal para aplicar la Reforma Educativa, ante el rechazo del magisterio democrático, pues ha insistido en que la autoridad no agotó el diálogo y los acuerdos con los inconformes.
Las caídas de Fausto Vallejo han destrozado su carrera política, pues su prestigio tras sus administraciones como alcalde de Morelia, quedaron sepultadas tras sus yerros como mandatario estatal, que actualmente lo tienen no solo al borde de la expulsión del PRI, sino que incluso el propio tricolor podría presentar pruebas de los actos de corrupción y de desvío de recursos ante la Procuraduría General de la República (PGR).
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