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Morelia, Michoacán.- Muchos visitantes llegan a Morelia, con el fin de acudir al Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM). Muchos viajan de todas partes del país e incluso del mundo para acceder a este gran evento. Sin embargo, en entrevista para Contramuro.com, algunos turistas explican la situación que lleva al cine a ser tan hermético en su apreciación.

Tadeo y Mauricio, originarios del estado de Puebla, comentaron con gran pasión que es su tercer año en la ciudad, aunque al principio dudaban de venir debido a la mala reputación que tiene el estado en el país, pero decidieron que no podían perderse este gran evento en donde pocas veces se presenta un repertorio de películas tan amplio.

Los jóvenes explican con una devoción similar a las monjas que hablan de Dios que “el cine no es para todo público. Las personas se quedan a un nivel trama en una película y no en todos los demás elementos que la componen”.

Esta misma idea tienen Miguel y Ana, quienes vienen desde la Ciudad de México buscan la oportunidad de entrar a una de las películas que ellos ya habían seleccionado, y que lamentable no han podido acceder, debido a la poca capacidad de las salas.

“Tenemos unas semanas esperando ciertas películas, nos venimos desde el Jueves 19 a Morelia para ver si encontrábamos espacios vacíos, ya que la venta de las localidades se llenan muy rápido, en su mayoría por gente de aquí, supongo”, explica Miguel, quién es amante del cine desde que era joven.

Para las hermanas María Guadalupe y Sofia Pacheco, dedicadas a hacer pequeñas producciones en cortometrajes, el cine es más que elitista. “El cine tiene una visión específica, que no toda la gente puede comprender, por eso es que el teatro, el cine, los conciertos son tan caros, porque alimentan esa parte de nosotros a la que llamamos cultura”, explica Sofia, quién tiene más tiempo en la creación de cortometrajes.

“Los mexicanos no estamos acostumbrados a consumir cultura, sino productos más digeribles porque en nuestra casa, en la escuela, el gobierno, no nos permiten pensar por nosotras mismas, sino por lo que otros creen que es necesario”, agrega Guadalupe.

¿Cómo vive un moreliano el Festival Internacional de Cine?

Eduardo Girón, oriundo de Morelia y fan del cine, explica para Contramuro lo difícil que es entrar a estas proyecciones. “Todo el día está muy lleno las salas, debes ir cerca de 5 horas antes de la función para encontrar asientos, y pues para las exclusivas, de esas ya ni te digo, a menos que tengas a algún conocido o como ustedes que son prensa, los demás no tenemos acceso a ellas”, comenta.

“La realidad es que la gente no entra al festival porque la mayoría es para personas que ya tienen meses antes las entradas y tú como espectador debes apurarte para ver las películas que te gustan”, explica Eduardo.