gastritis nerviosa por estrés y ansiedad

Descubre cómo el estrés y la ansiedad desencadenan la gastritis nerviosa, una dolencia común del sistema digestivo

La gastritis nerviosa, también conocida como gastritis emocional, es una de las dolencias estomacales más frecuentes en la actualidad, exacerbada por un ritmo de vida acelerado y una falta de manejo adecuado del estrés y las preocupaciones diarias.

Este trastorno digestivo, altamente sensible a los estados de ansiedad y estrés, provoca no solo malestar sino que impacta profundamente la calidad de vida de quien lo padece. Existe una conexión íntima entre el sistema digestivo y el cerebro, por lo que el estrés sostenido puede perturbar las operaciones esenciales del sistema nervioso.

¿Cómo identificarla?

La gastritis nerviosa se manifiesta a través de una serie de síntomas incómodos, incluyendo ardor en el estómago, dolor persistente, sensación de estar lleno, distensión abdominal, mareos, náuseas, digestión pesada, cefaleas, reflujo gastroesofágico, escalofríos, disminución del apetito y cansancio.

¿Cómo afecta el estrés?

El estrés, ya sea físico o emocional, agudo o crónico, así como la ansiedad, ejercen una influencia significativa en el origen de la gastritis nerviosa. Factores como la predisposición genética, cambios en la dieta, y el uso de ciertos medicamentos o sustancias también contribuyen a su desarrollo. En respuesta al estrés prolongado, se alteran los procesos digestivos, el pH gástrico puede variar causando inflamación de las mucosas, y la circulación sanguínea hacia el estómago puede reducirse.

Es relevante mencionar que, aunque no es habitual que se generen gastritis o úlceras en estos casos, estos problemas pueden surgir en situaciones de estrés extremo, como una intervención quirúrgica, hospitalización o un evento emocionalmente devastador.

Los estados emocionales adversos pueden incrementar los niveles de cortisol en la sangre, interfiriendo con la digestión y la absorción de nutrientes, lo que resulta en un malestar considerable.