Culpa Iglesia al Estado por asesinato del alcalde de Uruapan Carlos Manzo en Michoacán
El episcopado exigió al Estado combatir las causas de fondo de la violencia tras el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo. Foto: CEM

La Iglesia mexicana responsabilizó al Estado por el asesinato del edil de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez y advirtió que la impunidad y la presencia del crimen organizado evidencian el colapso del orden constitucional

Morelia, Michoacán.-El episcopado mexicano responsabilizó al Estado por la ola de violencia que cobró la vida del presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, y denunció que el crimen refleja el vacío de autoridad y la descomposición institucional que permiten el dominio del crimen organizado en amplias regiones del país.

En un comunicado, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), firmado por el obispo de Zamora, Javier Navarro Rodríguez, la Iglesia advirtió que “ya no basta aprehender al asesino: hay que combatir con determinación la causa de todos estos asesinatos”, al señalar como verdadero crimen “la presencia de grupos armados que controlan la vida pública de los ciudadanos”, un fenómeno que, afirmó, los gobiernos municipales, estatales y federales están obligados a erradicar.

El pronunciamiento, emitido el mismo día en que cientos de uruapenses despidieron a Manzo, acusa que los retenes en carreteras, el despojo de tierras y las amenazas a productores y comerciantes son prueba del “grave debilitamiento del orden constitucional” que las autoridades deberían garantizar.

“El asesinato de un alcalde o un comerciante no es el único crimen”, advierte el texto episcopal, “sino la vida amenazada de miles de ciudadanos que día con día ven ultrajadas sus libertades al trasladarse y desarrollar sus actividades”.

El obispo Navarro Rodríguez hizo un llamado directo a los responsables de la violencia a detenerla y respetar la vida humana, recordando el pasaje bíblico: “Caín, ¿dónde está tu hermano?”. Subrayó que “nadie encontrará su camino de felicidad transgrediendo la dignidad de su prójimo”.

La Iglesia mexicana sostuvo que sacerdotes, religiosas y agentes de pastoral continúan acompañando a las comunidades “en medio de contextos marcados por la violencia”, en una labor silenciosa que definió como signo vivo de la presencia de Cristo “en medio d su pueblo”, al tiempo que reafirmó su compromiso con el *Diálogo Nacional por la Paz* como espacio de encuentro y coordinación social frente al fracaso gubernamental para frenar la violencia.

“Todos los mexicanos somos responsables de construir la paz: familias, maestros, comerciantes, empresarios, miembros de las diversas denominaciones religiosas y ciudadanos de los tres órdenes de gobierno”, sostuvo el comunicado, e instó a redoblar esfuerzos de manera coordinada.

El mensaje cierra con una invocación a la Virgen de Guadalupe para “guiar los corazones” de los mexicanos y alcanzar “la paz, la libertad y el desarrollo que nuestro país merece”, en un contexto donde el repudio social al asesinato de Manzo exhibe la distancia entre el discurso oficial y la realidad de la violencia que asfixia a Michoacán.