La Arquidiócesis de Morelia denuncia la descomposición social en México, resaltando la violencia y la urgencia de reconciliación basada en justicia y amor.
Morelia, Michoacán.-A través de la Arquidiócesis de Morelia, encabezada por el arzobispo Carlos Garfias Merlos, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) alertó sobre la normalización del dolor en México a causa de la violencia, la impunidad y la descomposición social, y urgió a construir caminos concretos de reconciliación con base en la justicia, la verdad y el amor.
A través de un comunicado, difundido por la Arquidiócesis de Morelia, con motivo de la CXVIII Asamblea Plenaria, los obispos reconocieron que México “sigue siendo un país profundamente lastimado”.
Señalaron como ejemplo el asesinato de ocho jóvenes y seis heridos del grupo juvenil en San José de Mendoza, diócesis de Irapuato; las desapariciones forzadas, el reclutamiento del crimen organizado y el avance de las adicciones incluso en comunidades apartadas.
“Como pastores, desde nuestra misión profética, no podemos callar ante la violencia que desangra nuestra patria. Junto con ustedes, hemos llorado a las víctimas de la delincuencia, de la corrupción, de la impunidad y del miedo”, expresaron.
Aprovechando el contexto del año santo jubilar, hicieron un llamado a “no dejarse robar la esperanza”, y asumieron el compromiso de promover acciones concretas para acompañar a las familias, impulsar procesos de reconciliación y formación para la paz, bajo la guía de la Agenda Nacional de Paz.
Sobre el panorama político y social, señalaron su preocupación por la próxima elección de cargos en el Poder Judicial, como una de las aplicaciones de la reforma judicial, y recordaron que la paz no será posible sin justicia ni verdad, “y no hay verdad sin amor”.
Advirtieron que la familia en México atraviesa una grave crisis, “atacada por varios frentes”, como “ciertas ideologías avaladas por las mismas leyes, la violencia, las políticas migratorias y la pobreza.
Además, un machismo históricamente arraigado, la desintegración, la violencia intrafamiliar, las migraciones forzadas, la inseguridad y ciertas políticas públicas que atentan contra esta institución tan fundamental para el desarrollo y el bienestar de una sociedad”.
En este contexto, sostuvierom que la familia no es solo una institución natural, sino una vocación teológica y eclesial, que debe ser acompañada con cercanía, políticas públicas eficaces y comunidades cristianas que compartan sus angustias.
Finalmente, los obispos expresaron su agradecimiento por el legado del Papa Francisco y convocaron a orar por el Cónclave que elegirá al nuevo Pontífice.
“Renovados en esta Pascua con el amor de Cristo Buen Pastor, los abrazamos a todos y les impartimos la bendición de Dios”, concluye el mensaje firmado por el presidente de la CEM, Ramón Castro Castro, y el secretario general, Héctor M. Pérez Villarreal.