El impuesto a remesas propuesto por EUA es ilegal, aseguró el Gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, y México podría emprender acciones legales para proteger los intereses de sus ciudadanos
Morelia, Michoacán.- El gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, aseguró que la propuesta del gobierno estadounidense de imponer un impuesto del 5 por ciento a las remesas podría ser objeto de una demanda internacional por parte del Estado Mexicano.
Durante su tradicional rueda de prensa de los lunes, el gobernador de Michoacán señaló que en ningún país del mundo se permite la doble tributación, por lo que el impuesto del 5 por ciento a las remesas podría ser demandado por el gobierno mexicano.
“México tendría todo el derecho, toda la posibilidad de demandar al gobierno norteamericano. En todo el mundo, en todos los países del mundo que tienen disciplina financiera, no se permite la doble tributación”, explicó.
Insistió en que, desde su gobierno, se coordinarán con autoridades federales, en particular con la presidenta Claudia Sheinbaum, para impedir que la medida avance.
“Vamos a defender los intereses de los michoacanos, de las michoacanas en Estados Unidos. Esto es algo que sí afecta, pero sobre todo que es ilegal. Se hará la defensa en su momento. Primero la defensa política, social, de comunicación”, dijo.
El mandatario estatal incluso advirtió que la aplicación de un impuesto del 5 por ciento a las remesas por parte del gobierno estadounidense, afectaría no solo a los migrantes mexicanos, sino a la propia economía norteamericana.
“Las familias mexicanas, las familias michoacanas tienen ya establecido cada dos meses o cada mes mandar una remesa, más o menos el promedio de remesa por persona mensual, 300 dólares, no van a dejar de mandar menos, van a pagar el impuesto”, comentó.
Y agregó que esto implicaría una reducción en su consumo local: “Si iban dos veces al restaurant, van a ir una, por ejemplo, van a restringir su gasto”.
Alfredo Ramírez Bedolla calificó el posible impuesto como un “efecto boomerang”, similar al de la guerra arancelaria con China.
“Ahí va el impuesto de ida y se regresa, termina fastidiando, perjudicando al mercado de consumo interno de los Estados Unidos”, remató.