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La localidad china de Yulin, en la provincia suroccidental de Guangxi, se prepara hoy para su controvertida carnicería de perros, en un ambiente cada vez más tenso por las crecientes llamadas a ponerle fin.

Varios miles de perros, con cifras dispares de diferentes organizaciones ya que no hay datos oficiales, serán sacrificados mañana martes para incluirlos en el menú del día del festival de Carne de Perro de Yulin, frente a las protestas de defensores de los animales que lo consideran un espectáculo “bárbaro” y “cruel”.

Las jaulas con perros y gatos se amontonaban este lunes en el mercado Dashichang en Yulin, preparados para ser el plato estrella el martes durante la celebración del solsticio de verano, mientras activistas desplazados al lugar aún tratan de liberar a algunos de ellos.

Hasta hoy, la organización Humane Society Internacional (HSI) ha conseguido rescatar 54 perros y gatos, una veintena este lunes, según explicó a Efe la directora para la prensa internacional de HSI, Wendy Higgins.

En los últimos años se han producido enfrentamientos entre los vendedores de perros y los activistas, y hoy algunos restaurantes especializados en carne de perro o vendedores optaron por ocultar los carteles donde se publicitan para evitar problemas.

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Las escenas en el mercado de Dongkou de Yulin, donde se vende la carne de perro una vez que los animales son sacrificados, se asemejan a otras de mercados al aire libre de China, si bien en éste se puede diferenciar claramente a perros despellejados o quemados, colgados de ganchos de carnicero por la boca, preparados para ser cortados y servidos a los clientes.

El festival genera controversia no sólo por la práctica de comer estos animales, común en Asia, sino por la procedencia de los mismos: la mayoría de los perros que acaban servidos en el plato en este festival son animales de compañía robados o callejeros, según un estudio de la Fundación de Animales de Asia de 2015.

“El cumplimiento de la ley es responsabilidad del Gobierno chino, pero hasta ahora la ha ignorado. Por eso, es por lo que activistas chinos van hasta las carreteras para detener a los camiones de perros adquiridos de manera ilegal”, explica Higgins en un comunicado.

Este año, las autoridades han puesto controles en las vías de acceso al municipio, respondiendo a algunas de estas organizaciones, si bien los activistas consideran que lo que se necesita es “una orden para cerrar de manera definitiva los mataderos”.


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