Introspectiva pública
Introspectiva pública

En tiempos de redes sociales e inmediatez, la desinformación se propaga como el más contagioso de los virus. Sus efectos suelen provocar confusión, pánico, ansiedad y otras reacciones generalizadas de malestar, que pueden agravarse y desencadenar episodios de histeria colectiva.

Un ejemplo local

El pasado lunes, el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, entregó y dio banderazo de salida a 85 nuevas patrullas que recorrerán los 113 municipios del estado para reforzar el protocolo de seguridad en salud, aplicando medidas de prevención y contención del COVID-19.

Al terminar el evento institucional, ya circulaba un video -principalmente vía WhatsApp- en el que se escucha la voz de un sujeto no identificado, asegurando que la autoridad estatal inició un operativo de “tolerancia cero en las calles”; es decir, que vigilaría y castigaría a quienes no acataran la falsa obligación de permanecer en sus viviendas. Totalmente equivocado.

Si bien, la recomendación oficial es quedarse en casa al no haber necesidad de salir, no se ha implementado el aislamiento forzado ni la imposición de sanciones.

Otro más

Fue el sábado 21 de marzo, cuando Aureoles Conejo anunció la presencia de cuatro casos positivos de Coronavirus en la entidad; sin embargo, hubo personas que, en la social media, rumoraban que el gobierno ocultaba información… incluso integrantes del gremio periodístico. Esto, sin contar con pruebas que respaldaran sus afirmaciones, carentes de toda responsabilidad.

Para contrarrestar los estragos de las fake news, el Gobierno de Michoacán creó el micrositio https://michoacan.gob.mx/coronavirus/, donde publica en tiempo real, la situación del COVID-19 en el estado; simultáneamente, mantiene la difusión de información desde diversas plataformas digitales.

Una vez más, apremia que la gente acuda a las fuentes oficiales y detenga la divulgación de mensajes y materiales de los cuales desconocemos la procedencia y veracidad, evitando que lo realmente importante se pierda entre tanto ruido.

Y no podía faltar el presidente

El fin de semana anterior, desde Oaxaca, Andrés Manuel López Obrador invitó a que “no dejemos de salir”, porque él nos avisará cuando debamos resguardarnos. Su comentario contradice las recomendaciones de sana distancia emitidas por su propio gabinete.

Y en el Estado de México, se le vio saludando de mano durante la clausura del Curso de Formación Inicial para la Guardia Nacional, que fue, ni más ni menos, un evento multitudinario donde otra vez motivó la transgresión del distanciamiento social recomendado.

Hoy, la Federación hizo la declaratoria formal del inicio de la Fase 2 de la pandemia en el país, derivado de la presencia de cinco casos de los que no identifica la fuente de contagio, debido a que no fueron importaron desde otras naciones ni estuvieron asociados a sujetos de importación.

A partir de ahora, la propagación incrementará exponencialmente y será imposible rastrear las cadenas de transmisión, por lo que el presidente y su equipo desplegarán acciones con la participación de la Marina y la Secretaría de la Defensa Nacional, a través del Plan DN-III; para ello, cuentan con un presupuesto adicional de cuatro mil 500 millones de pesos.

Mientras tanto, López Obrador sostiene que, gracias al combate a la corrupción, su administración ha acumulado 400 mil millones de pesos que podrán ser utilizados en la contingencia.

Dice que su gobierno actúa de manera eficiente… que tiene autoridad moral y política. Está por verse, porque a la fecha y en su mayoría, los hechos no coinciden con el discurso.

Ojalá que así sea, porque esto apenas comienza.