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La política de nuestros tiempos se ha distinguido por una peculiar característica, la ambición desmedida por obtener el poder.

Un poder absoluto, sin importar lo que éste llegue a costar, sobre quien tengan que pasar o sobre lo que se tenga que hacer. Hoy podríamos decir que cada vez es más notoria la concentración de poder en grupos minoritarios, que detrás de un acuerdo definen en manos de quién recae el poder.

Es necesario reconsiderar los verdaderos cimientos de la democracia, hablar sobre la importancia de no vender la dignidad y los principios por una porción de poder.

Y es que durante siglos ésta ha sido la lucha constante del ser humano, el lograr la mayor captación de poder y control sombre otros de su misma condición.

A esto se debe que no exista una forma equitativa de gobernar porque a la hora de negociar, los colores, las corrientes ideológicas o inclusive los valores partidistas se hacen a un lado para únicamente poner en la mano los intereses, el dinero y el poder.

Podemos ver como la partidocracia, ha hecho creer a las nuevas generaciones pensando que la política es un medio para poder obtener una vida cómoda y desahogada con poder y dinero.

El poder no es malo, lo malo es que llegue a caer en manos de quien no lo utiliza para bien, si no para satisfacer sus propias ambiciones personales.

También existe político que después de probar el poder terminan por corromperse, por desviarse del objetivo que era apoyar a la ciudadanía.

Y es que como bien lo diría Maquiavelo, “El odio se gana tanto con las buenas acciones como con las malas. Un príncipe para conservar el poder, es a menudo obligado a ser perverso, porque cuando el grupo del que juzga necesario para mantenerse, está corrompido, es conveniente seguir su capricho para satisfacerlo, pues las buenas acciones serían tus enemigas”.

La política requiere de servidores públicos que utilicen el poder para ayudar a lograr el verdadero cambio que requiere el país, más sensibles ante las múltiples demandas y necesidades de los sectores.

Son contados los políticos que hoy en día han hecho del poder un medio para poder ayudar a cambiar el mundo.

¿Cuál es el verdadero valor del poder?