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Desde tiempos inmemoriales el ser humano ha buscado siempre la forma de trasladarse de un lugar a otro, en cortas o largas distancias; esta necesidad lo obligó a generar distintos medios de transporte que fueron desde literas que eran cargadas por esclavos o sirvientes, pasando por diferentes tipos de carruajes tirados por animales, hasta llegar a los medios de transporte modernos como lo son los automóviles, trenes, barcos, aviones entre otros.

México no ha sido la excepción a esta demanda histórica de transporte, sin embargo los distintos momentos de turbulencia política le impidieron desarrollarlos de manera completamente efectiva; aun cuando México se formó como estado independiente y soberano en 1821, no sería hasta la época del Porfiriato, a finales del siglo XIX, cuando comenzarían diseñarse las primeras líneas de ferrocarril así como la importación de vehículos motorizados.

Tras la revolución en 1910,  hasta finales de los años veinte, el país nuevamente entró en un periodo de inestabilidad donde de nueva cuenta el desarrollo de transportes se vio severamente limitado. Después de la estabilización a través del llamado “presidencialismo”, las líneas de transporte volvieron a funcionar y comenzaron a desarrollarse nuevos medios y vialidades, tanto a nivel nacional como en las distintas localidades urbanas.

Se pavimentaron calles para facilitar el tránsito de automóviles y también se construyeron nuevas carreteras para permitir el paso de autobuses, sin embargo respecto a los trenes y navíos prácticamente no se hizo ningún desarrollo. Al final esto último terminó repercutiendo en nuestra época, ya que si bien hay distintas líneas de autobús que se pueden tomar para llegar de una población a otra, los trenes podrían facilitar aún más los viajes de largas distancias, en especial en los viajes nocturnos, mientras que por otro lado el transporte naval no debe ser subestimado, el ferry Cozumel- Playa del Carmen es un ejemplo perfecto de un transporte colectivo que es eficaz y al mismo tiempo cómodo para los usuarios.

Las naciones industrializadas y con nivel alto de desarrollo humano tienen como uno de sus denominadores comunes, una gran diversidad de transporte colectivo para sus respectivos ciudadanos, tanto a nivel urbano como a nivel nacional.

México y América Latina en general, deben de imitar en este aspecto a las naciones desarrolladas, pues un transporte colectivo de buena calidad es uno de los factores que se requiere para generar nuevas oportunidades de desarrollo económico y también social, especialmente enfocándose en los sectores laborales y escolares.

Ya se ha dado un importante paso con el proyecto del tren México-Toluca, que actualmente está en desarrollo, sin embargo aún debe de invertirse más en esta clase de infraestructura vial para tener conectadas de la mejor forma  posible las distintas regiones del país.

También a nivel local debe de trabajarse para generar un transporte público eficiente y acorde a la demanda que se tenga en cada municipio o región. Hay muchas localidades que ya necesitan modernizar y ampliar sus capacidades para transportar personas de manera colectiva, tales son los casos de la Ciudad de México y su zona metropolitana, y por supuesto la capital michoacana, Morelia.

En el caso de la capital de la república,  el transporte público ya quedó rebasado desde hace mucho tiempo por el número de usuarios y se requiere con prontitud una ampliación de esta red de transporte; en el caso de Morelia si bien la cantidad de usuarios no ha rebasado de gran manera la oferta de transporte de la ciudad, es absolutamente necesario una mejoría de calidad en el sistema de transporte público que va desde la creación y cumplimiento de paradas fijas y estipuladas con distintos horarios y líneas de transporte, hasta la modernización de las distintas unidades que actualmente se utilizan, sin mencionar que deberían adaptarse ciertas calles y avenidas para facilitar el embarque y desembarque de personas en el transporte público.

Un sistema de transporte digno y eficiente no debe ser más un sueño para los mexicanos, debe de convertirse ya en una realidad, pero para ello no basta estar a la espera del gobierno en turno, la sociedad también debe presionar para que esto ocurra.