Le arrebatan a su hija; madre denuncia violencia vicaria en Michoacán
Foto. Ireri Piña/ Contramuro

Brenda desconocía que existe la violencia vicaria, hoy denunció y está a la espera de que le devuelvan a su hija

Morelia, Michoacán.- A Brenda le arrebataron a su hija, el padre de su pequeña ejerció violencia vicaria y a pesar de que la niña ya regresó, teme que de no haber la actuación jurídica correspondiente, pueda volver a pasar. “Ayer pude abrazar a mi hija, me dio mucho gusto volver a verla, a sentirla (…) Nunca pensé que iba a estar tanto tiempo sin saber de ella”, fueron las palabras de Brenda, madre de una pequeña de sólo 8 años de edad que fue sustraída por su padre durante poco más de un mes.

“Estuvimos sufriendo mucho sin nuestra niña, tuvimos cero contacto con ella, no pudimos verla, no sabíamos dónde estaba, no podíamos hablar con ella (…) He vivido muchos años violencia a través de mi hija, porque me manipulaban a través de ella, sufrí muchas amenazas constantes de querer quitarme a la niña y como tiene influencias, sí lo creí”.

Foto. Ireri Piña/ Contramuro

Pese a que la niña ya fue entregada, tras el mandato de un juez, las alertas de búsqueda que se presentaron y la presión social que se ejerció para que la menor fuera regresada a su hogar, Brenda visiblemente afectada, lamentó el hecho de que todavía no puede convivir con la niña, no puede acercarse a ella, no puede abrazarla nuevamente.

“Pasará un lapso de aproximadamente 2 semanas antes de que se le escuche a la niña y que ella se sienta en un ambiente cómodo para que pueda expresar lo qué siente, sin sentirse obligada a expresar algo. Una vez que se le escuche y se desahoguen las pruebas, se determinará si la niña volverá conmigo, si se va para allá o se queda con un custodio especial”.

Brenda, relató que el padre de la niña es un hombre influyente, establecido en la ciudad de Uruapan, Michoacán donde ella también radica. Y es que esta, no fue la primera vez que el papá de la menor sustrajo a su hija, lo hizo ya una vez durante dos semanas, en aquella ocasión, argumentó que a la niña se le había corrido de su casa y él debía llevársela.

Fue solamente al señalarle que la niña tenía que tomar un medicamento, que el padre accedió a llevarla nuevamente a su casa materna, ahí, se le resguardó a la pequeña con su madre y el pasado 13 de agosto, Brenda vivió nuevamente la “pesadilla” de no saber de su hija, de no poder hablar con ella y tener la seguridad de que estaba bien”.

La joven madre detalló que desde el año 2017 tiene la guarda y custodia de su hija y entonces, se firmó un convenio para que el padre la visitara cada 2 semanas. Al principio, no hubo ningún tipo de restricciones y él, se la podía llevar a comer aunque “no le tocara”, la podía visitar fuera del tiempo establecido por el juez, pero hubo prácticas que llevaron a Brenda a ya no permitir una mayor “confianza” con quien fuera su pareja durante 3 años en los que vivieron juntos y procrearon a la niña.

La gota que derramó el vaso, fue la petición de Brenda ante la autoridad correspondiente de lo Familiar, para cambiar la sede de su domicilio al estado de Querétaro; el padre, que no consintió tal decisión, sustrajo a la niña y pese a las demandas que se presentaron en su contra, no fue hasta este martes 19 de septiembre, que la devolvió.

Foto. Ireri Piña/ Contramuro

La víctima de violencia vicaria lamentó que este tipo de prácticas continúen al destacar que, el padre de su hija tiene influencias que a su vez, frenaron los procesos legales que Brenda presentó para recuperar a su hija, para que transcurrieran lento, o para que no procedieran. Lo mismo le pasó al querer levantar la alerta Amber, pese a que el protocolo señala que en un caso de éstos no deben transcurrir muchas horas, ella tuvo que demostrar que efectivamente hubo la sustracción de la mejor.

“Fue complicado porque es lo que se dice, es su papá, pero la custodia la tengo yo desde 2017, se me negaba ese apoyo y me dijeron que hasta 3 días después se tomaba en cuenta que la retenía; sin embargo, pasaron como 15 días sin que se hiciera algo”, expuso Brenda quien además, declaró que pese a la violencia que ya habían ejercido en su contra no denunció, por temor a le sucediera algo o bien, que le arrebataran a la niña definitivamente.

“Realmente no me interesa que lo perjudiquen, es el papá de mi hija (…) Simplemente quiero que haya una manera de que no pueda volver a hacer lo mismo. Que haya una manera de que se le aperciba y que evite que esto vuelva a ocurrir. Ya pasó una vez, una segunda, no quiero pasar por lo mismo una tercera”.

Por el momento la niña fue resguardada bajo un “custodio especial”. Ni su madre, ni su padre pueden acercarse a ella. La pequeña de 8 años deberá permanecer tranquila en tanto se valore que puede presentarse ante un juez para ser escuchada, relatar la experiencia que a tan corta edad ya ha tenido que vivir y será entonces, que la autoridad judicial determine el lugar que es el más adecuado para que la niña continúe con su desarrollo.

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La sustracción que ejerció el padre de la menor, la afectó al menos, en su desarrollo académico, ya que no se ha presentado a la escuela desde que inició el ciclo escolar. Brenda confía en que la autoridad le regresará a su hija y califica lo que ha vivido con su ex pareja como una “lucha de egos” que solamente ha perjudicado a la pequeña. “Desafortunadamente hay muchas influencias que apoyan a las personas sin saber realmente la versión real y sin saber a quiénes afectan en el proceso”.

Ireri Piña es licenciada en Periodismo, reportera de Educación, Turismo, multifuente. Contadora de historias y causas sociales; michoacana, moreliana