Morena presenta sus lineamientos éticos para 2027, pero carecen de sanciones claras, dejando su aplicación a la voluntad política.
Morelia, Michoacán.-Morena formalizó este domingo su Proyecto de Lineamientos Éticos, un documento aprobado por su Consejo Nacional que establece principios de conducta obligatoria para todas las personas representantes, servidoras públicas, militantes y aspirantes a cargos del partido.
La medida busca blindar el proceso interno rumbo a las elecciones 2027 y dar una imagen de congruencia ideológica, sin embargo, el proyecto carece de un régimen sancionatorio específico para quienes infrinjan sus disposiciones.
Aunque el texto declara que los lineamientos serán observados por la Comisión Nacional de Elecciones y vigilados por la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia, no establece sanciones concretas ni un catálogo de faltas o medidas disciplinarias claras, lo que abre la puerta a su aplicación discrecional y sin consecuencias uniformes.
Entre los aspectos críticos que aborda el documento, se encuentra la prohibición del nepotismo, al señalar que nadie podrá postularse a un cargo de elección si tiene, o tuvo en los últimos tres años, vínculos de parentesco o de pareja con quien actualmente ostenta el mismo encargo.
La medida también se extiende a alianzas políticas, al impedir el registro por partidos aliados como forma de eludir esta restricción.
En materia de austeridad republicana, los lineamientos obligan a servidores públicos y representantes del partido a abstenerse de actos ostentosos, como viajart en primera clase, usar joyas o ropa de marcas exclusivas, asistir a restaurantes de lujo o participar en “turismo político” con recursos públicos o privados.
El documento afirma que “la parafernalia del poder pertenece al pasado de corrupción y privilegios; Morena es humildad”.
Otro de los apartados se refiere a la independencia frente a poderes fácticos, al señalar que está prohibido recibir recursos de empresarios, medios de comunicación o agentes privados con fines electorales, así como permitir su intervención en decisiones del partido.
También se exige rendición de cuentad periódica, aunque no se detallan mecanismos de fiscalización.
Respecto al respeto interno, el documento condena la violencia política de género, las campañas de linchamiento digital mediante “bots” o cuentas anónimas, así como la filtración de información con fines de desprestigio.
Se exhorta a dirimir diferencias dentro de los canales institucionales del partido y a evitar declaraciones públicas que desacrediten a otros militantes.
En el ámbito electoral, se establece que quien aspire a una candidatura deberá haber participado en al menos una actividad de formación ética y política reciente, organizada por el Instituto Nacional de Formación Política de Morena.
Asimismo, se rechazan prácticas como el acarreo, la compra de votos, la entrega de dádivas y el uso clientelar de programas sociales.
Los lineamientos entrarán en vigor tras su publicación en la página oficial del partido.
A partir de ese momento, se ordena la suspensión de cualquier acto de promoción personal o campaña anticipada, y se instruye a los órganos nacionales y estatales a invitar a los partidos aliados de la Cuarta Transformación a adoptar las mismas medidas.
No obstante, el documento deja sin claridad qué pasará con quien viole sus principios, pues remite de forma genérica a las atribuciones de la Comisión de Honestidad y Justicia, sin definir un procedimiento ni sanciones proporcionales a las faltas.
Aunque se presenta como un intento de reforzar la ética partidaria, el proyecto aprobado por Morena carece de dientes:
Sí bien establece lo que no debe hacerse, omite qué consecuencias enfrentarán quienes lo hagan. Su eficacia dependerá, en última instancia, de la voluntad política para hacer valer internamente sus propios principios.