Fue localizado el cuerpo de un marinero del yate Acarey entre escombros que dejó el huracán Otis
Guerrero.- Fue localizado el cuerpo del marinero José Federico Gómez Ortiz, tripulante del yate de recreo Acarey, tras ser rescatado entre los escombros que dejó el huracán “Otis” en el muelle La Marina de Acapulco.
Es el segundo integrante de la tripulación encontrado, de los seis que cuidaban la embarcación cuando ocurrió el desastre natural, entre la noche del 24 y la madrugada del 25 de octubre. El 29 del mismo mes fue hallado el cadáver del piloto naval, el joven José Andrés Soberano Mellado.
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La tarde del pasado jueves, el empresario y propietario de navíos, Alejandro Martínez Sidney, informó que elementos de la Guardia Nacional y de la Fiscalía General del Estado (FGE) descubrieron al navegante y lo extrajeron en una bolsa blanca. Además compartió una fotografía de la identificación de José Federico.
La mayor tragedia por el huracán Otis se registró en el mar. De acuerdo con la décimo segunda zona naval de la Marina, los vientos devastaron unas 614 embarcaciones, la mayoría se hundieron, otras quedaron deshechas y muy pocas resistieron. En la mayoría, sobre todo las grandes, los tripulantes se quedaron a cuidarlas. Hasta el momento, unos diez han sido rescatados y otros fueron sacados por las corrientes del mar. Las familias han contabilizado más de 20 personas que esa noche cuidaban embarcaciones y que siguen desaparecidas.
Hace unos días, en una misa celebrada en honor a los marineros muertos y a los desaparecidos, familiares denunciaron que las autoridades están tardando mucho en buscarlos. Exigieron al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, que ordené a la Marina intensificar las operaciones de rescate, porque los trabajos se realizan en las orillas de las playas y no millas adentro del océano, ni tampoco en la profundidad.
Apenas la semana pasada, la fiscal general del estado, la teniente del Ejército Sandra Luz Salmerón Valdovinos, anunció que comenzaban las labores de búsqueda, es decir, casi 17 días después del paso del huracán; justificó la tardanza al decir que, si movían los yates y lanchas sin autorización de las aseguradoras, los dueños no podrían cobrar las indemnizaciones.