foto: Cortesía

Antes del análisis que me propongo, es importante señalar lo siguiente: me eduqué gracias a las enseñanzas de mis padres y las vivencias con mis hermanos, mi hogar fue fundamental  para mi formación, a la par asistí a escuelas de gobierno, escuelas públicas donde abreve los conocimientos de grandes maestros a los que debo mi vocación por la abogacía, tengo mucho que agradecer a profesores que con gran empeño y mística formaron muchas generaciones.

El ejemplo de compromiso con la educación se multiplica por todo el país, muchos maestros día con día nos demuestran que México puede confiar en la labor que ellos desempeñan. Con bajos salarios, con sufrimientos, pero con el alto sentido de responsabilidad contribuyen al desarrollo social.

¿Qué seriamos sin los maestros mexicanos comprometidos con la educación?  La respuesta es obvia, tendríamos enormes rezagos, mayores a los que puedan señalarse ahora. La educación es fundamental para todo país, y lo es más para los países en desarrollo como México, pero algo sucede con nuestros maestros que día con día parecen alejarse de las aulas para tomar las calles.

Creo como ellos los señalan, “que el maestro luchando también está educando”. Si, ellos deben ser ejemplo de lucha, pero de lucha civilizada, con apego a la ley, ajustados a la legalidad y con respeto a los derechos de terceros.

Los maestros deben estar en contra de las injusticias y las inequidades,  y estoy de acuerdo que en ese sentido ejerzan la cátedra con sus alumnos.

Hago esta referencia porque somos testigos de las acciones que han emprendido los maestros en varias ciudades de Michoacán, usando métodos de lucha y de presión en los que jamás estaré de acuerdo. No es con la toma de edificios públicos, carreteras o vías férreas como deben de presentarse ante la sociedad.

Hoy los ciudadanos estamos cansados de estos procedimientos ilegales que nos afectan a todos. Es contradictorio que por un  lado pidan que se respete la ley y como método de lucha violenten diversas normas en forma sistemática y recurrente.

Ante estas acciones hemos visto la respuesta de la autoridad que ha traído como consecuencia la detención de varios maestros. Es una respuesta correcta del gobierno, de eso no debe quedarnos duda. Podemos estar en desacuerdo en la detención de los profesores, pero no podemos estar en desacuerdo con la aplicación de la ley.

Michoacán requiere un gobierno fuerte, sólido, y para lograr este propósito es necesario que se aplique la ley.

Por supuesto que las respuesta del gobierno está generando una oleada de nuevas protestas que ya derivan en cierre de vías de comunicación. Lamentable que esto suceda, pero el gobierno como fiel interprete de los deseos del pueblo no puede quedarse con los brazos cruzados ante las acciones que nos perjudican a la mayoría de los michoacanos.

Es necesario que como sociedad alcemos la voz y protestemos contra la impunidad, venga de quien venga. Un estado de derecho no puede permitir la violación sistemática de la ley.

Los maestros y sus dirigentes deben reflexionar sobre las formas de lucha que han implementado y dejar de una vez por todas las formas incivilizadas de protesta ya que por esas formas se han ganado la antipatía del pueblo al que dicen defender.

Por supuesto que los mexicanos no podemos permitir ni permitiremos que se afecten a los maestros en sus derechos, bajo ninguna circunstancia, pero tampoco podemos permitir que sus acciones nos afecten a todos.

Es necesario un estado fuerte que haga cumplir la ley, tarea nada fácil ya que la impunidad ha permeado por muchos años en todos los círculos sociales, y los acuerdos se logran a través de la presión insensata que daña a todos.

No es nada fácil el tema, lo cierto es que el gobierno tendrá mayor apoyo en la medida que aplique la ley.

En medio de estas protestas, nos enteramos de los bonos económicos a los diputados federales. Lamentable también la decisión de otorgarse este privilegio de fin de año. Excederse en los emolumentos y prestaciones también se llama impunidad.

Debemos estar atentos a lo que suceda con este fabuloso bono a los representantes populares, que ante las circunstancias del país es inadmisible.

Ya el gobierno ha señalado la necesidad de recursos adicionales para cumplir los compromisos del ejercicio fiscal y cumplir los que ya se vienen acarreando, entonces gastar de esta manera en bonos es más que incorrecto.

Debemos “serenarnos” como lo señalaba un político mexicano y actuar con responsabilidad. Todos debemos apegarnos a la ley y rechazar tajantemente cualquier forma de impunidad, aun mas cuando viene de quien tiene la obligación de poner el ejemplo como son los maestros y diputados.

Que quede claro, el imperio de la ley está sobre cualquier cosa y a eso debemos atenernos.

emartineziv@hotmail.com