En albergues para menores y mujeres se precisan mayores controles
Sin aprender la lección a 12 años del operativo en La Gran Familia

La falta de control en albergues para menores y mujeres en Michoacán sigue siendo un problema crítico, según la legisladora Fabiola Alanís.

Morelia, Michoacán.- En albergues para menores de edad y mujeres en situación de violencia, se precisan mayores controles, consideró la legisladora Fabiola Alanís Sámano, integrante de la Comisión de Igualdad de Género del Congreso, esto a 12 años del rescate de víctimas en Zamora de La Gran Familia.

Tras un operativo federal, el 15 de julio de 2014 cerca de medio millar de menores que vivían en condiciones de maltrato y con violaciones a sus derechos en el albergue dirigido por Rosa del Carmen Verduzco “Mamá Rosa”. A raíz de ello la Comisión Nacional de Derechos Humanos, recomendó entre otras cosas, una disculpa pública del Estado a las víctimas, la cual no se ha dado.

Al respecto Fabiola Alanís recordó que a estas alturas no hay ni siquiera una estadística de cuántas personas fueron las que transitaron por ese albergue durante todo el tiempo en que operó.

“Se habló en su momento que podía incluso ser un tema de trata de personas con fines de explotación sexual, pero no existen estadísticas claras de cuántos entraron, cuántos salieron y en cuánto tiempo. Fue un hecho muy lamentable y entiendo que hay todavía una serie de investigaciones que se han estado haciendo”.

“Estoy enterada que algunas niñas y niños fueron trasladadas a algunas instancias federales y que ahí las alojaron, están bajo el resguardo de las instituciones, esperamos que nunca más se repita este tipo de hechos, tiene que haber controles más estrictos”.

-Parece que el caso de La Gran Familia no dejó enseñanzas para las autoridades en Michoacán, casos similares se repiten. A principios de mes en Morelia, vimos lo ocurrido con el refugio Princesas de Dios, en donde se encontraron restos óseos en la azotea luego de una denuncia por maltrato infantil, ¿hay indolencia?

“Tendría que haber mayores controles, porque incluso he escuchado hablar con mucha ligereza sobre refugios que se abren y se improvisan para atender a mujeres víctimas de violencia, o para atender a personas con discapacidad. No puede haber improvisación ni pueden darse ese tipo de cosas que aparentemente son nobles y responden a una necesidad social sin tener control institucional porque es mucho riesgo”.