¿Alguna vez has olvidado tu reloj y has tenido que preguntar la hora a alguien más? ¿Te imaginas qué pasaba cuando no existían los relojes?

La forma como se comenzó a medir el tiempo fue observando la posición del sol. Sin embargo, los egipcios fueron quienes inventaron el primer instrumento para medir el tiempo: el reloj de agua o clepsidra. Este era un recipiente lleno de agua, con un orificio en su parte inferior, que iba vaciándose en intervalos regulares de tiempo.

Reloj de agua

Otro instrumento inventado para medir el tiempo fue el reloj de sol. ¿En qué consistía? El reloj horizontal, un tipo de reloj de sol, estaba conformado por una figura elíptica con marcas y un poste vertical. La sombra del poste se iba moviendo a las diferentes marcas, según avanzaba el día.

Más tarde se popularizó el ya conocido reloj de arena. Seguramente, en algún juego de mesa te ha tocado ver uno de estos. Originalmente, estaban diseñados para durar una hora en vaciarse de un lado al otro.

No obstante, ninguno de estos relojes medía de forma exacta las horas y minutos. Fue hasta la invención del reloj mecánico que esto fue posible. Pero, ¿qué significa ser mecánico?

La mecánica es una ciencia que estudia la fuerza sobre los cuerpos y el movimiento que se produce por esta fuerza. El reloj es una máquina que mide el paso del tiempo y funciona por medio de engranajes. 

El reloj mecánico fue revolucionario porque medía con mayor exactitud el tiempo. Esto fue gracias el diseño del escape, que es lo que controla el movimiento del balancín del reloj. Todo reloj mecánico consiste en un rodaje de engranes (rodamiento) que se activa por el peso o muelle (fuerza motriz) y cuya velocidad de rotación es definida por el escape. Cuando se unen estos es que se
produce el movimiento de las manecillas que nos indican las horas, minutos y segundos.

Muchos años después, en 1956, apareció el reloj digital o electrónico. El cual sustituyó todos los mecanismos del reloj mecánico por circuitos electrónicos, alimentados por una batería. Esta invención hizo mucho más barato fabricar relojes.

Así que ya sabes, la próxima vez que escuches tu alarma, procura no fastidiarte. Recuerda que los relojes tienen una larga historia. Gracias a este invento, podemos llegar a tiempo a la escuela y, lo más importante, todos a la misma hora.

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