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La economía mexicana continúa sorprendiendo a muchos, ya que revela con claridad que México es probablemente el primer país que sale del ciclo recesivo que desde la crisis de 2008 tiene atrapadas a todas las economías. Según datos preliminares del segundo semestre, se tiene un crecimiento de 3%, estimado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

La economía mexicana ha fortalecido la confianza de los mercados en el país y de ahí la mejoría en las calificaciones de deuda mexicana. El Producto Interno Bruto (PIB), en el periodo de abril a junio creció un 0.6%, durante el segundo trimestre de 2017 respecto al trimestre anterior, con cifras ajustadas por estacionalidad, y su variación anual llego a alcanzar los 3.0%, esta fue la tasa más alta desde el segundo trimestre de 2014. Las actividades terciarias relacionadas con el transporte, el comercio y algunos otros servicios tuvieron un crecimiento de 0.8% en el trimestre y 4.1% a la tasa anual.

Lo que esto llega a significar que, de 2012 a la fecha, la economía es 23% más grande.

¿En que parte se encuentra el secreto del crecimiento duradero pese a que la economía mundial ha estado casi permanentemente en una recesión?

La primera parte de este periodo de crecimiento, y de finales del sexenio pasado y mediados de éste, se debe a que se defendieron y mejoraron los fundamentales de la economía mexicana.

En lo fiscal, la búsqueda de superávit primario en las finanzas públicas significa poder reducir el gasto y dejar de recurrir a un nuevo endeudamiento; es decir, que el gobierno tiene bien puesto el pie en el freno. Ahora en la parte de lo monetario, el Banco de México pasó de 3 por ciento a un 7 por ciento la tasa de interés interbancaria, sin duda, también representa un freno a la economía.

Por otra parte, gracias a la Reforma Financiera el crédito bancario a empresas y para particulares crece a tasas anuales arriba de 15%. Sin duda, en lo que va de la Administración de Peña Nieto, entregará buenas cuentas en lo económico a las y los mexicanos, con un crecimiento sostenido, con una inflación a la baja, una deuda que empieza disminuir con respecto al PIB y con reformas estructurales fundamentales, México se ha adelantado al ciclo económico y, sin duda, será de los países más beneficiados cuando la economía mundial tenga mejores tasas de crecimiento.