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Google Maps IA y SpaceX se unen en la lucha contra el cambio climático con el monitoreo de metano

El debate sobre el cambio climático usualmente se centra en el dióxido de carbono, pero la creciente preocupación por las emisiones de metano, un gas con un potencial de calentamiento global hasta 84 veces superior al CO2, ha cobrado relevancia. La principal fuente de este incremento proviene de la extracción y distribución de gas natural.

Las estrategias para mitigar las emisiones de metano son clave en la lucha contra el calentamiento global, pero actualmente son insuficientes. En Estados Unidos, se han implementado normativas para que las compañías de gas natural detecten y reparen fugas, un desafío que se ha mostrado complejo debido a la falta de precisión de los instrumentos actuales, aunque han sido útiles para descubrir ‘ultraemisiones’ de metano.

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En este contexto, el Fondo de Defensa para Medio Ambiente (EDF) de Estados Unidos ha lanzado el proyecto ‘MethaneSAT’, que consiste en enviar un satélite equipado con tecnología avanzada para un seguimiento global de las emisiones de metano. El proyecto cuenta con la colaboración de la Agencia Espacial de Nueva Zelanda, SpaceX y Google.

La participación de Google se debe a su capacidad para procesar los grandes volúmenes de datos que el satélite generará, utilizando la inteligencia artificial de Google Maps para identificar infraestructuras de petróleo y gas. SpaceX, por su parte, se encargará del lanzamiento del satélite de más de 350 kg en marzo.

La colaboración de Google con el EDF no es nueva; previamente, instalaron sensores de metano en los vehículos de Street View. Yael Maguire, director de ingeniería de Google, enfatiza la importancia de actualizar constantemente la información debido a los rápidos cambios en la infraestructura de petróleo y gas.

Sin embargo, Wired destaca que el verdadero desafío no es la capacidad de ‘MethaneSAT’ para monitorear las emisiones, sino el uso que se dará a los datos. La falta de regulaciones sobre el metano puede resultar en una inacción por parte de las compañías de gas.

Aunque la detección de fugas podría propiciar regulaciones, Wired anticipa que los gobiernos podrían buscar métodos alternativos para validar la información del EDF, lo que podría significar un aumento en las emisiones si no se implementan medidas efectivas.

Por último, Wired señala que inicialmente, el uso de los datos se limitará a la esfera académica, que ya utiliza información satelital para evaluar el impacto del metano en la crisis climática.