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EL pasado miércoles 18 de mayo se celebró el 475 aniversario de la fundación de la bella ciudad de Morelia.  La ciudad se fundó a iniciativa del primer virrey de la Nueva España, Don Antonio de Mendoza, después de haber conocido el lugar, entonces llamado Guayangareo,  durante un viaje a Pátzcuaro.  Por un breve periodo se llamó  Nueva Ciudad de Mechuacan, después  por cerca de 300 años se le conoció como Valladolid y de 1828 a la fecha (188 años) con su nombre actual, Morelia, en honor del Generalísimo Morelos, nativo de la ciudad.  A partir de 1566 fue sede de una de las diócesis más importantes de la entonces Nueva España, de ahí la magnífica arquitectura de la ciudad con sus señoriales construcciones, orgullo de Michoacán y de México,  que hizo posible que la ciudad sea considerada hoy Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Hace unos veinticinco 0 treinta años, Morelia estaba a la par, sino es que a un mejor nivel, en cuanto a desarrollo y nivel de vida respecto a las demás ciudades de la región geográfica del centro de México que tienen condiciones similares, y aun una historia y tradiciones en común. Hablamos de ciudades como Morelia, León, Silao,  Guanajuato,  Irapuato, Celaya, Salamanca, Querétaro y Aguascalientes, entre otras.

Treinta años después, la ciudad de Morelia tiene un evidente rezago en cuanto a nivel de desarrollo. Se ha ido quedando paulatinamente atrás, comparada con el dinamismo de las ciudades vecinas, así lo confirman por ejemplo los datos del estudio de Jorge Isauro Rionda Ramírez en su libro Crecimiento Económico y Desarrollo Regional en México 1970-2010, y los datos históricos del PIB per capita para este periodo en los estados de Michoacán, Querétaro, Jalisco, Aguascalientes y Guanajuato.

En 2012 el gobierno del Estado de Guanajuato publicó el estudio Guanajuato Innovación y Territorio “El Diamante de México”. Este estudio  habla de que la zona central de México que aquí llaman el Diamante de México,  se configura en torno a las ciudades de Guadalajara, Aguascalientes, San Luis Potosí, Querétaro y Morelia, junto con la megalópolis de México. Este diamante ocupa aproximadamente el 17% de la superficie del país, en donde vive el 45% de la población nacional y genera el 51% de todo el producto interno bruto mexicano (PIB).

En Michoacán, y en Morelia en específico, tenemos muy buenos recursos de todo tipo para ser el vértice principal de ese diamante, para ser el corazón del diamante de México. Tenemos una hermosa ciudad capital con un centro histórico que podemos mostrar orgullosamente a México y al mundo; tenemos valiosas tradiciones artesanales, artísticas, cocina tradicional, etc. Y sin embargo nos hemos quedado rezagados.

¿Las causas del rezago? Seguramente habrá muchas explicaciones, algunas de las cuales serán vistas a través del filtro de ideologías o visiones del mundo, o también filtradas a través de intereses particulares o de grupos, pero es evidente que en Michoacán, y en Morelia, no hemos hecho las cosas suficientemente bien, basta con viajar a las ciudades vecinas aquí citadas.

Morelia puede ser el corazón del Diamante de México, puede ser la ciudad con mejor nivel de vida y desarrollo del centro de México. Está en nosotros, los morelianos,  decidir que eso sea una realidad.