Foto: Facebook Rafa Nadal

La incertidumbre domina al mejor tenista español de todos los tiempos. A cuatro días de la ceremonia de inauguración de los Juegos de Río, el mallorquín aún no sabe si podrá representar a España. Rafael Nadal continúa preocupado por las condiciones físicas en las que llegará al máximo evento deportivo del año. “No competí ni entrené mucho durante dos meses. Voy a trabajar unos días aquí para ver lo que puedo hacer y luego decidiré qué es lo mejor”, explicó en su llegada a la ciudad brasileña.

El de Manacor llega con dudas a pesar de ser el abanderado de España. La misma situación que en 2012, cuando tuvo que renunciar a portar la bandera tras confirmar su ausencia en Londres, donde finalmente el elegido fue su amigo Pau Gasol. A pesar de que, en principio, desfilará el viernes con la enseña nacional encabezando a la Armada española, no llega en su mejor momento. “No voy a estar en el mejor nivel en ninguna de las categorías”, admitió.

El balear apura hasta el último día para afrontar con el máximo de garantías el reto enorme de volver a colgarse una medalla. El pasado 26 de mayo, en segunda ronda de Roland Garros, disputó su último encuentro. Su ausencia en las pistas no sólo condicionó su presencia en Río. Y es que Nadal volvía a disfrutar del tenis por aquel entonces, tras un 2015 complicado que logró enderezar en su tramo final. Angustiado mentalmente por recuperar su mejor versión, no tiró la toalla, trabajó y buscó una continuidad que no llegó hasta este año en la gira europea de tierra.

Los títulos en Montecarlo y Madrid, y la oportunidad de mirar a los ojos a Novak Djokovic en Roma, pese a la derrota, confirmaron la vuelta a la primera línea del catorce veces campeón de Grand Slam. En su escenario preferido, sin embargo, el nueve veces ganador en París sufrió el mayor mal del deportista profesional, al que ya está habituado: la lesión. Desde entonces, Nadal renunció a cada torneo, incluido Wimbledon, para llegar a Río.

El cartel olímpico sufrió a diez días del torneo la sensible baja de Roger Federer y hasta ocho jugadores del top 20 de la ATP por el virus del zika y por un calendario en el que anteponen el US Open.

Nadal forzará la máquina para estar también en el dobles, junto con Marc López, y en dobles mixto, con Garbiñe Muguruza. Además de ellos, David Ferrer, Roberto Bautista, Albert Ramos, Carla Suárez y la pareja de dobles femenino de Anabel Medina y Arantxa Parra intentarán, a pesar de jugarse en pista dura, desquitarse de Londres, donde se cortó una racha de metales que empezó en Seúl 1988.

El de Manacor añade una espina clavada a la ausencia de metales en la última edición de los Juegos: en su llegada a Brasil conoció su descenso de un puesto en el ranking de la ATP en detrimento de Stanislas Wawrinka, colocándose en la quinta posición en una clasificación liderada por Djokovic, favorito en el torneo olímpico. El número uno del mundo consolida su liderazgo y suma un millar de puntos más tras la consecución de su trigésimo Masters 1.000 en Toronto.

Sin embargo, Nadal sigue siendo una de las mayores esperanzas de medalla para España. El abanderado intentará tirar de heroica y protagonizar un doble regreso por la puerta grande: vuelta a los Juegos y a las pistas.


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