Violencia, Ejecuciones, narcobloqueos y quema de negocios paralizan Aguascalientes tras fuerte operativo contra crimen organizado
Aguascalientes, Aguascalientes.- La madrugada y mañana del sábado 26 de julio de 2025, Aguascalientes fue escenario de uno de los episodios más violentos de su historia reciente.
La ejecución de varias personas, tiroteos, narcobloqueos con vehículos incendiados en carreteras clave y la quema de negocios, algunos de ellos emblemáticos, causaron pánico y paralización en la capital y puntos estratégicos de la entidad.
Testigos informaron de balaceras en diversas áreas, mientras individuos armados bloquearon carreteras con tráileres quemados y automóviles robados. Las autoridades federales y estatales desplegaron un fuerte operativo para intentar retomar el control y sofocar los incendios, los cuales aún persistían al mediodía.
La violenta reacción se habría desencadenado tras el desmantelamiento de un campamento de civiles armados, en un operativo donde se incautaron armas y se detuvo a presuntos operadores del crimen organizado. Inmediatamente, células criminales respondieron con bloqueos, ejecutando rivales y provocando caos en el sector comercial, incendiando negocios como represalia.
Las autoridades, junto con la Guardia Nacional y el Ejército, establecieron retenes de seguridad e hicieron un llamado a la calma. Sin embargo, la percepción de inseguridad entre la población se disparó, y muchos comercios optaron por cerrar de manera preventiva, mientras los habitantes compartían alertas y recomendaciones en cadenas de mensajería entre vecinos para protegerse ante posibles nuevos brotes de violencia.
Hasta el momento, los operativos continúan y se espera la confirmación oficial del número de víctimas y detenidos. Se reportan daños millonarios a la infraestructura comercial y turística, así como afectaciones graves en la conectividad carretera y la vida cotidiana de los habitantes.
¿Por qué ocurrió este estallido?
Expertos coinciden en que este tipo de narcobloqueos y quemas masivas suelen ser una respuesta inmediata a operativos donde las autoridades afectan intereses de células del crimen organizado, especialmente cuando se capturan líderes o se asegura armamento relevante.
Su propósito es enviar un mensaje de fuerza y amedrentar tanto a la autoridad como a la población, dificultando la reacción gubernamental y sembrando miedo en la sociedad.