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Morelia, Michoacán.- Amigos, familiares y allegados a los altos mandos del Poder Judicial del Estado de Michoacán, han abarrotado la nómina de dicho ente gubernamental, percibiendo salarios de hasta cien mil 93 pesos con noventa centavos, lo que se traduce en un claro reflejo de nepotismo que se vive en dicha institucion.

Con base en información sustraída del sitio oficial del Poder Judicial, http://www.poderjudicialmichoacan.gob.mx, la contratación del personal que ahí labora depende del visto bueno de sus principales integrantes: el magistrado presidente, Marco Antonio Flores Negrete; Consejero, Juez Rafael Argueta Mora; Consejero Magistrado, Armando Pérez Galvez; Consejero por el Poder Legislativo, Jaime del Río Salcedo, y Consejero por parte del Poder Ejecutivo, Eli Rivera Gómez.

El más claro ejemplo del nepotismo está en la presencia de Juan Francisco Méndez Torrero, esposo de Ana Ortiz Roa, quien es hermana del Director del Instituto de la Judicatura del Consejo de Poder Judicial del Estado, Emanuel Roa Ortiz.

Ella, Ana Ortiz, ha podido facilitarle trabajo a un importante número de empleados del Poder Judicial, valiéndose de la estrecha relación que mantiene con los cinco magistrados antes mencionados.

En esa misma lista se encuentran Maricela Argueta Mora, Juez Tercero Civil de Morelia, quien siendo prima hermana de consejero, Rafael Argueta, percibe un salario de 93 mil 165 pesos con 90 centavos.

A éstos se suma también Josceline Infante Esquivel, sobrina de Jorge Orozco Flore, ex magistrado del estado, gozando de un salario de 93 mil 165 pesos con 90 centavos.

Los mencionados son apenas una parte de la amplia lista de 33 trabajadores del Poder Judicial de Michoacán que han podido ocupar un cargo, mediante sus relaciones, ya sea de amistad o incluso maritales.

Dentro de la lista resaltan también: Fernando Javier Gámez Piñón, quien percibiendo 93 mil 165 pesos, es juez del sistema de justicia penal acusatorio y oral, y ex secretario del Sindicato de Trabajadores del Poder Judicial; Julieta Arroyo Toledo, Juez Primero Penal de Apatzingán, y familiar de quienes dominan toda la materia en el distrito; Rodolfo Morales González, juez penal de Ciudad Hidalgo e hijo de la magistrada, María Alejandra Pérez González; Marco Vinicio Ramírez, Juez Primero de Maravatío e hijo de la esposa del magistrado, Sergio Fernández Villagran, y finalmente, entre los personajes que más destacan por sus relaciones, se encuentra Alfredo Hirepan Ocegueda, quien siendo hijo del ex magistrado y ex procurador, Alfredo Ocegueda, percibe un salario de 70 mil 418 pesos al desempeñarse como Juez Civil de Sahuayo.

Aunado a las inconsistencias que se registran en las contrataciones, todo aspirante a ocupar una plaza en el Poder Judicial se ve obligado a pagar una inscripción de convocatoria, pago que en el caso más reciente, cuando se promovió una vacante en el cargo de juez de oralidad del Nuevo Sistema de Justicia Penal, se acumularon ciento cuarenta y dos mil pesos, obtenidos de un pago de mil ochocientos por cada uno de los setenta y nueve concursantes.

El costo no parece ser alto, pues de conseguir la plaza, un juez de oralidad percibe un salario superior a los cien mil pesos; sin embargo, quienes logran consumar sus aspiraciones regularmente lo hacen mediante influencias.

El sueldo de quienes valiéndose de sus relaciones han podido ocupar un cargo en el Poder Judicial, oscila entre los 70 y cien mil pesos, hablando en cifras cerradas y reflejando sueldos netos y con el respectivo descuento a sus impuestos.

Así, desde el portal oficial del Poder Judicial se pudo constatar el nivel de corrupción y nepotismo que existe al interior de la dependencia que, se supone, vela para garantizar la justicia en la entidad.