¿Noticias o entretenimiento?

Francisco Lemus | Twitter: @PacoJLemus

Tras el conflictivo desenlace de la presidencia de Donald Trump, se ha hecho notorio que hay un sector del electorado estadounidense que se mantiene fiel al magnate convertido en un campeón de las causas de la ultraderecha, quien sobre todo se ha caracterizado por ser un gran bocón, un showman antes que un político.

Acorde al tono de su presidencia, el anaranjado millonario encontró en los grandes medios de comunicación a su némesis, pero también a sus mejores aliados. Sea cual sea la postura, dió y sigue dando mucho de qué hablar.

Algunos de sus más fieles seguidores y dos de sus más inescrupulosos abogados han insistido que hubo un fraude electoral, sin mostrar una sola prueba de ello, sólo vociferando, incluso asegurando que el venezolano Hugo Chávez, quien murió hace casi una década, estuvo detrás de la tecnología que se utilizó para contar los votos.

Todas estas teorías de la conspiración encontraron fuerte eco en la empresa Fox News, cuyos presentadores son célebres por defender las posturas más conservadoras posibles, muchas veces virulentamente racistas e intolerantes hacia cualquier postura medianamente progresista y respetuosa de los derechos de las mal llamadas “minorías”.

Pero este cúmulo de falsedades no pudieron salir impunes, y al más puro estilo de la justicia estadounidense, Fox News ha sido demandado por la empresa que se encarga de producir las máquinas electorales. Gracias a ello los presentadores e incluso el propietario de la empresa han sido desenmascarados como los mercenarios de la comunicación que son.

Conocedores de los intereses de sus televidentes, quienes buscan en la cadena noticias que reafirmen sus posturas supremacistas e intolerantes, la empresa optó por hacer eco de las mentiras que Trump y sus allegados han lanzado desde que perdieron las elecciones en noviembre de 2020 (incluso antes, previendo ya su derrota en las urnas).

Mensajes privados han sido expuestos, mostrando que tanto los presentadores -incluso los más virulentos ultraderechistas- como el propietario de la cadena, siempre han estado conscientes de que los alegatos de Trump son falsos, y aún así han preferido ser sus altavoces, todo con tal de mantener contento a su público.

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Los noticieros estilo Fox News, incluyendo las barras de entretenimiento matutinas, son muy bien replicados por la televisión mexicana, incluso por aquellos pequeños noticieros locales, que suelen confundir entretenimiento con noticias. Sabiendo que las posturas extremas suelen despertar más interés y pasiones entre su público, gustan de caer en ellas.

Y así como consumimos series televisivas, donde los héroes y -más ahora- antihéroes no dejan espacio a la duda, son impulsivos y casi nunca se equivocan, así los grandes medios de comunicación nos generan imágenes extremas e idealizadas de los personajes de la esfera público, convirtiendo cada tema en una especie de episodio de drama y acción.

Desafortunadamente, en un mundo en el que cada vez más la información es tratada como una extensión del entretenimiento que consumimos cada día, es difícil para la gran mayoría del público poder distinguir lo que en verdad es una noticia, de lo que es simple entretenimiento.

No por nada, desde hace cerca de tres décadas vemos a los noticieros alternar entre editoriales de lo que sucede en la vida política, económica y social, con notas sobre animales humanizados, situaciones extraordinarias, chuscas, o de plano estúpidas, sin que quede bien en claro, cuáles son los temas verdaderamente relevantes de la agenda pública.

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