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Por: Gerardo A. Herrera Pérez

Desde hace años, en las poblaciones rurales y la cabeceras municipales del Estado mexicano, se escuchaba hablar del “Norte”, del “Gabacho”; la población se referían a los Estados Unidos de Norte América. Se referían a la región en donde se podía realizar los sueños del Capitalismo, del Liberalismo: triunfar y modificar la vida de ellos y sus familias al convertirse en los nuevos “ricos”.

Al paso de los años, cuando menos de los años cuarenta, después de la Segunda Guerra Mundial, hemos escuchado diversas narrativas de la sociedad que vivió y se desarrolló en los Estados Unidos; importantes desplazamientos de fuerza de trabajo de prácticamente todo el mundo llegaron a los Estados Unidos para trabajar y hacer su proyecto de vida, que a la vuelta de los años, allá nacieron los primeros hijos de dichos migrantes y que hoy son ciudadanos de los Estados Unidos.

Si bien, muchos de los migrantes defienden la vida de los Estados Unidos, hoy, esta realidad del capitalismo nos muestra que frente a la ganancia no hay valores, ni principios, ni derechos, lo que prevalece es la manera de explotar la fuerza de trabajo y los recursos naturales, y frente a ello, no es verdad el cambio climático, como no es una realidad el respeto a los derechos humanos, ni el generar un ambiente de cordialidad y respeto a los migrantes que han formado y fortalecido a la Unión Americana.

En este marco, continuamos leyendo en la prensa internacional y nacional que cientos de migrantes son deportados a sus países de origen y en ocasiones son separados de sus hijos, quienes al nacer allá son ciudadanos americanos, no obstante se separan familias. Aquel sueño americano, se está retornando cada vez más difícil, cada ocasión más perverso.

No obstante, hemos observado que el tema migratorio, ha sido tomado como un asunto de lo local, de lo nacional. Y es que en opinión de conocedores del tema, existen Estados, como los Estados Unidos, que se rehúsan a negociar su derecho soberano a determinar su política migratoria. Pese a ello, la única forma de avanzar es a través de la cooperación, como lo que ya está realizando la ONU.

Ante esto, la Organización de Naciones Unidas, desde el 2016 viene trabajando en construir los andamiajes que permitan respetar el libre tránsito de las poblaciones migrantes en condiciones de no violentar sus derechos humanos, fundamentales para esta época de la Posmodernidad.

En este sentido, es de reconocer que representantes de los Estados miembros de la ONU, han concluido la sexta y última ronda de negociaciones intergubernamentales, para la aprobación del “Pacto mundial para una migración segura, regular y ordenada”; cabe señalar que, el Gobierno de Estados Unidos no participó en las negociaciones correspondientes para la aprobación del Pacto mundial, porque así como no cree en el cambio climático, tampoco en los derechos humanos.

El Pacto mundial de referencia, ahora será aprobado en la Asamblea General de la ONU en los próximos meses de 2018, a través de una conferencia intergubernamental sobre migración internacional.

Con este posicionamiento, se ve una luz en el camino para el respeto de los derechos humanos de las personas migrantes en todo el mundo, incluidas las poblaciones de América Latina y México a los Estados Unidos; aunque debemos de precisar, como lo indique, Estados Unidos no participo en las negociaciones.

Cómo surge el Pacto mundial?; en 2016, la Asamblea General de Naciones Unidas, adoptó la Declaración de Nueva York para Refugiados y Migrantes, “los 193 países miembros de la ONU reconocieron la necesidad de un abordaje integral a la movilidad humana y fortalecieron la cooperación a nivel global mediante la creación de mecanismos que protegen a las poblaciones migrantes”, dicha declaración dio paso a la adopción del Pacto mundial para una migración segura, regular y ordenada.

El Pacto mundial sobre migración (se diseña y se instrumentará en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, de la cual el Estado mexicano ya la suscribió), tiene como propósito abordar la migración internacional, desde la perspectiva del derecho internacional humanitario, del desarrollo y de los derechos humanos; así como crear un marco legal para la cooperación internacional integral que beneficie a los migrantes y la movilidad humana. Adicionalmente se plantea que este Pacto mundial debe basarse en la Declaración del Diálogo de Alto Nivel sobre la Migración Internacional y el Desarrollo, aprobada en 2013.

El Pacto en mención consta de 23 objetivos, entre los que destacan medidas contra la trata de personas o la separación de las familias, un hecho importante que sucede hoy en los Estados Unidos; también plantea usar la detención de migrantes sólo como última opción o reconocer el derechos de los migrantes irregulares a recibir salud y educación en sus países de destino.

Otro asunto que incluye el Pacto es el que los gobiernos prometen garantizar un regreso “seguro y digno” a los inmigrantes deportados y no expulsar a quienes se enfrentan a un “riesgo real y previsible” de muerte, tortura u otros tratos crueles e inhumanos.

Para las autoridades de México ante la ONU y participantes en el diseño del Pacto, han manifestado que éste por el momento no es vinculante jurídicamente, pese a ello, será un importante instrumento para el manejo político. El Embajador Juan José Gómez Camacho ha expresado que “No es jurídicamente vinculante, pero es poderosísimo políticamente. No tenemos ninguna duda de que todos los Estados miembros se van a sentir políticamente comprometidos por él y en la práctica totalmente beneficiados”

En Michoacán, en el diseño de la agenda de la población migrante y sus familias se ha venido trabajando desde hace muchos años por miembros de las organizaciones de migrantes, así como los Clubs y las Federaciones; cabe destacar el importante aporte que han realizado los activistas y defensores de los derechos humanos: Pedro Fernández Carapia y Francisco Garcidueñas, han logrado importantes aportes al diseño de la agenda de los migrantes y sus familias, en compañía de autoridades legislativas como la de la diputada Macarena Flores Chávez, entre otras personalidades.