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¿Ya vieron el video en donde exhiben públicamente a diputadas y diputados federales, por desconocer el número exacto de los artículos que contiene la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos? Una televisora nacional, mostró un reportaje en donde una de sus reporteras preguntó a diversos legisladores al Congreso de la Unión el número de artículos que contiene la Constitución Federal y qué artículos contemplan en derecho al trabajo y a la educación.

En el reportaje mostrado a la audiencia, prácticamente ninguno supo las respuestas. ¿Qué nos indica esto? Nos muestra la cruda realidad política de este país: salvo algunas excepciones, llegan al poder político mujeres y hombres no preparados para entender y saber atender los asuntos de Estado.

¿Me pregunto si sabrán lo que es un Estado? Si responden que es una entidad federativa como Michoacán, Oaxaca, Puebla, Nuevo León, etc., estarán reprobados. Cuando hablo de Estado, me refiero al país, y eso tuvieron que aprenderlo en sus clases o capacitaciones sobre Teoría del Estado, Ciencia Político, Derecho Administrativo o Derecho Constitucional.

Bueno, y qué daño le puede hacer a este país el hecho de que varios de sus diputados federales desconozcan lo más elemental de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; a saber: que tiene 136 artículos, que el artículo 3 contempla el derecho a la educación y que los artículos 5 y 123 contemplan el derecho al trabajo. La mayoría de los políticos de México quizá no han logrado comprender cómo es la política en el entorno actual; me refiero al nacional y al internacional: hoy están más expuestos a ser evidenciados en sus debilidades, y si a ellos no les importa, entonces deberían aceptar –sin justificación-, por qué del cansancio y el rechazo de la sociedad.

Un político es como una marca comercial. Una marca hace promesas de marca, por ejemplo: “este champú detendrá la caída de cabello”, “este producto te adelgazará”, “este reloj te hará ver más poderoso”, etc. ¿Y qué sucede cuando esas marcas no cumplen con sus promesas? Los consumidores se decepcionan y comienzan a rechazar a esas marcas. Lo siguiente, es no comprar más esos productos.

Con los políticos sucede lo mismo. Son marcas públicas que hacen promesas: “generaré empleos”, “contribuiré al desarrollo de mi comunidad”, etc. Cuando no cumplen con sus promesas, ya se sabe lo que sucederá: los ciudadanos se decepcionarán y comenzarán a rechazar esas marcas públicas. Lo que sigue, es no votar por sus partidos políticos.

¿Ahora se comprende porque los políticos son tan repudiados hoy en día?  Sencillamente, porque para contar con el apoyo de la gente, les hacen promesas que con mucha frecuencia no cumplen. Les mienten.

Exhibir a diputados federales por el desconocimiento de la Ley Suprema de la Nación puede parecer algo chusco; habrá quienes digan que eso es normal y no sucede nada. El problema es más profundo de lo que aparenta, pues muestra en blanco y negro, el desinterés de buena parte de la clase política por su Estado y por los ciudadanos que están gobernando.

Al llegar al cargo, los legisladores juraron “guardar y hacer guardar la Constitución”, y el no hacerlo, demuestra la mentira que a los ciudadanos (consumidores) les genera molestia; un enfado que terminará provocando aún más el rechazo de los políticos (marcas).

Con esto deberían poner mucha más atención los partidos políticos; deberían capacitar de forma auténtica a sus jóvenes y viejos políticos. Las decisiones que toman no son cualquier cosa; esas decisiones pueden ayudar o sumir a todo un país y a su población.

Los ciudadanos deben empujar mucho más fuerte para que se mejore el perfil de los políticos que aspiran a gobernar. No basta con pujar para que sean más transparentes y rindan cuentas, ahora también es momento de empujar para que sean menos ignorantes de los asuntos de Estado, porque si no, todo parece indicar que llegarán a los puestos públicos de mayor peso aquellos con buena suerte o aquellos a los que se les acomoden ciertas circunstancias, por ejemplo, que sus padrinos estén en posiciones de poder desde donde los puedan seguir colocando.

@christian_gtz

[i] El autor es Licenciado en Derecho, Maestro en Ciencia Política, candidato a Doctor en Política, Gobernabilidad y Políticas Públicas; actualmente cursa una Maestría en NeuroMarketing.