La psicología del Binge-Watching y sus efectos en el cerebro

Hoy en día tenemos la suerte de poder escoger entre incontables formas de entretenimiento. Cada día disponemos de entre un sinfín de plataformas de contenido audiovisual, redes sociales, videojuegos, páginas de casino online, podcasts, libros, entre muchos otros.

La facilidad y la conveniencia con las que podemos acceder a todas estas opciones para pasarla bien y relajarnos nos invitan a usarlas en exceso. Se ha vuelto una realidad cotidiana pasar la mayoría del día pegado a una pantalla. Esto cambió la forma en la que disfrutamos series de televisión, ahora es común ver temporadas completas en un día.

¿Qué es el binge-watching?

El binge-watching es una forma de ver televisión que se ha vuelto especialmente popular en las plataformas de streaming como Netflix, HBO o Amazon Prime. Consiste en ver varios episodios de un mismo show sin interrupciones. Estas sesiones pueden extenderse desde un par de episodios hasta temporadas o series enteras (Wikipedia, 2023).

El consumo compulsivo se ha convertido en la manera más popular de disfrutar la televisión en la época del streaming. Un estudio de audiencia realizado por Netflix determinó que más de un 60% de sus usuarios regularmente ve hasta seis episodios por sesión (NBC News, 2017).

¿Por qué no podemos parar de ver?

La televisión fue la primera pantalla que obsesionó a la humanidad. Su invención permitió un acceso sin precedentes a información, entretenimiento, arte, distracción y refugio, de forma audiovisual y disponible en todo momento. Las series televisivas rápidamente se convirtieron en compañeras constantes en la rutina de millones de personas.

La masificación de los teléfonos inteligentes y la conexión a internet cambiaron fundamentalmente la distribución de los programas de televisión. Se acabó la necesidad de adherirse a los rígidos horarios de las series y la inconveniencia de no poder ver un episodio y perderse parte de la historia. También se erradicó la frustrante espera de días o meses hasta el siguiente episodio.

Es predecible que muchos prefieran el binge-watching. Siempre nos ha encantado perdernos en series. Ahora es posible hacerlo sin límites ni interrupciones. Podemos encontrar las razones que explican esta afinidad compartida por la televisTión en todas las maneras en las que afecta nuestro sistema nervioso y conducta.

¿Cómo afecta al cerebro el Binge-Watching?

Cuando vemos una serie de televisión, nuestro cerebro libera dopamina y otros neurotransmisores relacionados con el placer y la recompensa, responsables de que ciertas actividades nos hagan sentir tan bien que no queremos parar de hacerlas. Según reporta Netflix el 73% de los encuestados afirman sentir emociones positivas cuando hacen binge-watching.

La televisión tiene la capacidad de estimular ciertas regiones cerebrales, como la corteza prefrontal media, involucradas en la planificación de comportamientos y en los procesos de toma de decisiones. Estas regiones se activan cuando anticipamos recompensas o satisfacciones, como el desenlace de una trama o el desarrollo de un personaje

La televisión como terapia

Las series de televisión también pueden cumplir una función escapista o compensatoria en nuestras vidas. Perdernos por horas en una historia nos permite evadir la realidad o satisfacer necesidades psicológicas que no encontramos en nuestra vida cotidiana, como la pertenencia, la identificación o la autoestima.

Las personas solitarias son particularmente propensas al binge-watching. Estas pueden hacer más llevadera la sensación de aislamiento y buscar en las historias y sus personajes un poco del calor humano que les falta en su vida diaria. Pueden terminar desarrollando fuertes vínculos emocionales con sus programas favoritos.

Peligros del Binge-Watching

El consumo excesivo y compulsivo de series de televisión puede tener efectos negativos en nuestra salud física y mental, así como en nuestro rendimiento académico o laboral y en nuestras relaciones personales.

Alteración del sueño

Ver series hasta altas horas de la noche puede afectar a nuestro ritmo circadiano, el reloj interno del cuerpo que establece y regula los ciclos de sueño y vigilia. Alteraciones en los horarios en que dormimos pueden terminar provocando insomnio, somnolencia y fatiga durante el día o dificultades para concentrarse.

Aislamiento social

Dedicar demasiado tiempo a las series puede hacer que descuidemos nuestras relaciones personales y familiares. Esto puede generar sentimientos de soledad, depresión o ansiedad. También puede perjudicar el cumplimiento de nuestras responsabilidades laborales o escolares. Algunas personas han perdido sus trabajos por no poder parar de ver televisión.

Adicción

El binge-watching puede llegar a ser una conducta adictiva si perdemos el control sobre ella y seguimos viendo un episodio tras otro a pesar de las consecuencias negativas que nos acarrea. Se puede producir una dependencia psicológica o incluso un síndrome de abstinencia cuando no podemos ver nuestra serie favorita.

Disminución de la actividad física

Ver series durante horas implica estar sentados o tumbados frente a una pantalla. Más tiempo viendo significa menos tiempo moviéndonos. Esta reducción en los niveles de actividad puede afectar considerablemente la salud de nuestro cuerpo, aumentando el riesgo de padecer obesidad, diabetes o enfermedades cardiovasculares.